Investigaciones nivel1

Primera planta de esta enorme mansión en ruinas que desprende energía oscura por donde pases. Es terriblemente asquerosa, pero era mi trabajo, tenía que asegurar la casa y decidir si estaba en condiciones para poder habitar y traer uno de nuestros grupos de asalto, pero antes de todo...¡¡¡¡INVESTIGACIÓN!!!!

Era ENORME y esta palabra se queda chica comparada a la casa, oscura y tenebrosa. Pero había algo en ella que llamaba la atención de mis sentidos, ¿qué era? no lo sé, pero tengo que averiguarlo. era divertido pasar las horas andando cada recoveco de la casa sin descanso, sí, me encanta estar ocupado con las cosas, es mi pasión estar ocupadísimo.


Escalofríos recorrían mi espalda sin cesar por un segundo, agudicé mi vista para poder ver mejor en esta maldita noche, pero seguía sintiendo algo extraño, pero ahora podía decir con total seguridad que venía de esa extraña puerta, mas bien de la habitación que en ella se encerraba.
La puerta presentaba unas marcas de arañazo y mordiscos por todos lados.¿Por qué?

Arya jadeo, cansada de correr. El malvado pájaro que se llevo su cinta del pelo entró en una casa, como burlándose de ella. Con un bufido, y la falda arremangada hasta los muslos, ni corta ni perezosa había optado por perseguir al ave, con la esperanza de recuperarla. A ver, era normal: esa cinta azul era su preferida. Merecía la pena la carrera y el ejercicio. Lo que quizás ya no merecía tanto la pena era entrar en la casa.... tenía un aspecto horripilante, como poco.

Con un suspiro, se animo a entrar... ella no era una cobarde...casi nunca. Si había un buen caballero dispuesto a rescatarla, entonces le daba miedo hasta el viento. Como poco. Abrió la puerta con un seco crujido, y entró en la casa. Todo era polvo, suciedad, y unas inquietantes grietas por doquier. Reprimiendo un escalofrío, Arya busco al pájaro, que se colo por una puerta entreabierta, y dejo caer su lazo. Triunfal, se apresuró a recogerlo.

No bien tenía su lazo en la mano, Arya escuchó un ruido. Agudizo el oído, y frunció levemente el ceño.

-¿Quién hay ahí? - inquirió, en voz alta. Como dama en apuros, valía más bien poco.

¿Cómo? ¿Cómo era posible que una chica anduviese por aquí? Mi instinto asesino se revolucionó, o eso pensaba...pero me contuve, simplemente la observé de lejos sin ser apenas notado...No podía aguantar más, así que simplemente me acerqué a ella...sí, cometí aquel error garrafal de ir hacia ella.

-Pequeña, creo que éste no es tu sitio.-Ésto junto a una sonrisa, amarga sonrisa para ser exactos. Para ser realistas, me cubría tras sonrisas amargas que casi nadie notaba la falsedad que en ella había, para así no tener que estar con nadie... creando un vínculo...
No paraba de pensar mientras la miraba, no le pregunté su nombre y no lo haría en todo lo que estuviese con ella, mi misión era patrullas e investigar, no relacionarme.

-Se puede saber, como una cosita como tú, ¿ha acabado aquí??-Pregunte sonriente, sí, sonriente.