¡NO! No puede ser, una persona acaba de llegar a este mundo y la coneja no me ha avisado, está ocupada o simplemente es un poco estúpida y sigue enfadada conmigo por todo lo que se me ocurrió hacerle a ella.Debo correr, no sé a donde ir pero me da igual, debe ser un lugar lejos de aquí y el único que se me ocurre es la ciudad perdida. Por supuesto no está en la ciudad, sentiría a aquella persona en tierra y no la siento; por consiguiente debe estar en agua o volando, y dudo que esté volando.
Decido ir al lago, quizás acierte, aunque nunca se sabe. Y así es, acierto, y logro ver cómo alguien saca la cabeza, medio ahogándose, del agua aunque juraría haber sentido magia hace un instante, seguramente sería algo mental, bah,no tiene importancia. Me siento en una piedra repleta de musgos verdes como la hierba aunque no creo que vaya a caerme o algo así.
-¿Necesitas ayuda, preciosa?.-pregunto, algo sorprendido, jamás esperé ver a alguien tan completamente familiar por aquí y encima siendo una recién llegada. Quién sabe, quizás sea algo bueno el tenerla aquí, aunque últimamente no me he llevado muchas alegrías.- Creo que estás un poco mojada, ¿quieres una toalla?.-digo, sacándome del sombrero una toalla naranja chillón, aunque es un tanto horrorosa así que le cambio el color a un azul clarito como el cielo sin nubes.