Perdido en el lago [Nya y Focalor]

Aquella mañana no me esperaba encontrarme con lo que me encontré mientras paseaba por el bosque. Llegué a una ciudad conocida como la Ciudad Perdida, y allí en medio, guiado por mi instinto y por mi curiosidad, descubrí un lago de agua extrañamente resplandeciente.

- Interesante... interesantísimo... - murmuré para mí mientras observaba las imágenes de las almas que allí había flotando en la superficie del agua, como si fuera un espejo.

Sin darme cuenta me sucedió como al caer por la madriguera, me despisté y caí al agua, dándome un importante chapuzón. Para prevenir posibles ataques, en un acto de instinto puro me convertí en lobo y salí como alma que lleva el diablo de la charca.

Me tumbé en la hierba, sacudiendo mi pelambrera pensando en la soberana estupidez que había cometido no solo una vez, si no ya dos.

Estuve de lamentos y quejas conmigo mismo hasta que vi a una joven de pelo azul pasar por allí, a la cual saludé bajando mi cabeza, en señal de que no debía temerme, que no le haría nada, además de estar invitándola a acercarse a mí.

Cuando se acercó a mí no parecía huraña, así que no temí por mi integridad física demasiado, más bien vino y se agachó preguntando por mí, como una buena persona que no me quería hacer daño haría.

- Sí...sí... eso creo - comenté en voz baja sin terminar de fiarme de ella. En mucho tiempo había tenido poco contacto con humanos y a causa de ello había desarrollado una especie de rechazo que debía superar.

- Ya sabes lo que se dice... la curiosidad mató al lobo, ¿no? - proseguí transformándome en humano y, como es lógico, empapar mi ropa al estar en contacto con mi mojada piel de hombre. Revolví mi pelo azulado lanzando pequeñas gotas al aire antes de presentarme con suavidad.

- Por cierto, soy Alex Focalor, hombre curioso y licántropo en mis ratos libres, encantado - comenté mientras me ponía en pié y hacía una pequeña reverencia un tanto exagerada hacia ella.