Directos al Lago.

Le miré escuchándole y esbocé una expresión algo entristecida. Decía que él por dentro realmente estaba muerto, por eso no solía sonreír tanto, y las pocas sonrisas que sacaba eran forzadas. Pero en ese momento no había sido así, mientras rodábamos estaba sonriendo de verdad, reía a carcajadas. Le miré y sonreí.


- La felicidad no es ni más ni menos que el recuerdo de los buenos momentos que nos han hecho reír, como el de ahora por ejemplo.


Cuando comenté lo de la "princesa amargada" me miró sin estar del todo convencido. Per no le di más vueltas, después de todo cada uno tiene su propio pensamiento sobre las cosas. Entonces se levantó mirándome y dijo que no era mala idea lo de ir al algo. Además de que era por la noche cuando salían las criaturas, parecía entusiasmado con la idea y desde luego yo no iba a negarsela.


- Como desees jajaja


Me levanté de un salto y tiré de su muñeca para que me siguiera al lago. Tras unos pasos le solté y comencé a avanzar dando pequeños saltitos y haciendo algún que otro giro sonriente. También iba cogiendo flores a medida que andaba, y por fin, tras unos minutos de caminata llegamos al lago. Era precioso, estaba totalmente en calma, el agua era muy cristalina y la luz de la luna se reflejaba en ella. Dejé las flores en el suelo, me asomé y pude ver mi rostro reflejado.


- Es precioso la verdad.

Llegamos al lago, tras unos amargos minutos de caminata en los que se había pasado ella recogiendo las flores o bien saltando, corriendo o incluso casi bailando. Parecía realmente feliz, pero...entonces ¿por qué había decidido no entrometerse en la guerra? Ni siquiera para conservar esa felicidad que en ella había...¿ni por eso?

La miré, perplejo, pues seguía sin encontrar respuesta alguna a esa causa.Prefiere no meterse a la guerra, pero ¿por qué? Todos tenemos una historia, pero cuál era la suya, no la sabía, aunque la conociese de hace bastante nunca me dio por escucharla siquiera por prestarle más atención que a una piedra. Pues , en esa época, cuando aún era feliz...sólo existían en mi mundo, Evangeline, Alicia y Rai...nadie más.

-Precioso, tu rostro y el lago.-susurré, asomándome también.Lo que tenía el lago de las almas que no me gustaba es que tu propia alma era reflejada en él, por eso no tuve el coraje suficiente para asomarme, se vería mi negra alma y no era moco de pavo afrontarse a eso.

Posé mi mano sobre el lago, sin llegar a asomarme, y tras unas palabras encanté nuevamente el lago para no verme reflejado nunca en él.Nunca podría verse mi rostro en este lago, hechizo insoldable.

-Bueno, qué te parece, nos bañamos?.-pregunté, sonriendo nuevamente.Me quité casi toda la ropa, quedándome en mis calzoncillos.Muy graciosos, de un color negro azabache con estrellas blancas por todos lados.

Cuando me asomé mi rostro estaba tal cual. Pude darme cuenta de que Lelouch se acercaba con cierto miedo, muy lentamente, y al hacerlo dijo que era bonito mi rostro reflejado. Cuando miré el suyo solo era una sombra negra, eso significaba que tenía un alma oscura... o que él pensaba que tenía un alma oscura.


- ¿Sabes? .... a pesar de lo que dice el lago no creo que tengas un alma muerta, hoy me has demostrado que no es así, vale que tienes cosas malas pero también te pasas el tiempo ayudando a los demás, a la gente que lo necesita, y no creo que eso sea símbolo de mal.


Posó su mano sobre el lago para realizar un hechizo con el cual no verse reflejado.


- Eso no lo veo bien... es un tanto cobarde por tu parte... estás escondiéndote cuando deberías enfrentarte a ello, si no te gusta lo que ves haz algo por cambiarlo, no algo por lo que esconderlo.


Le miré y empezó a desnudarse. No pude evitar sonrojarme ante ello y me tapé lo ojos con mis manos. Tras un rato reflexioné. La verdad es que a veces resultaba demasiado infantil. Por Dios, solo en un chico en calzoncillos. Tímidamente comencé a desnudarme yo también. Ese día llevaba ropa interior roja completamente, salvo un conejito blanco en el sujetador y otro en las braguitas. Le miré mientras seguía sonrojada.


- Si vamos a bañarnos... aún que mi ropa interior no mola tanto como la tuya jajaja


Sonreí y me tiré al lago de cabeza... pero no caí en la cuenta de que yo no sabía nadar... Dios mío ¿era tona? ... como se me había ocurrido tirarme. Removí las manos con fuerza intentando mantener mi cabeza sobre la superficie a duras penas mientras intentaba avisarle.


- No... no se... nadar.


Entonces inevitablemente me hundí dejando los ojos abiertos mirando el interior del lago.

Estaba completamente metido en el agua cuando ella se tiró de cabeza, parecía en problemas pues...¡¿NO SABIA NADAR!? Pero esta es tonta o qué.Mira que tirarse de pronto sin saber nadar siquiera.Estaba hundiéndose...cuando me sumergí para intentar atraparla pude ver las diferentes almas que por ahí aún rondaban.

Almas diferentes, que intentaban agarrarme, pero no tenía tiempo que perder con ellas, agarré la mano de Nir, con fuerza.No podía dejar que esta DAMA se ahogase frente mis ojos.Al final sí que sería hoy una princesa en apuros a toda regla.Sonreí nuevamente cuando la tuve entre mis brazos y me impulse hacia arriba, con rapidez, no tenía mucho oxígeno igualmente.

La llevé hasta la superficie, con cuidado la dejé en la orilla, sólo ella había salido del agua cuando, algo atrapó mi pierna.Me giré para poder verlo y era...un alma.Un alma oscura, negra, escalofriante.Algo en mi interior se preguntaba si era mi propia alma que venía a buscarme y hundirme hasta el fondo del mal. Pero no era así, mi alma no era así...supongo.

-¿Estas bien?.-pregunto, preocupado, pues no era normal ver a una persona ahogarse frente a tus ojos.-Parece que hoy es tu turno de ser una damisela en apuros, ¿no?.-pregunté, con tono burlón, cachondeándome de ella.-¿Por qué no me dijiste antes que no sabías nadar?.-inquirí en aquello, es que ... vaya susto me había dado la pequeña.

Mientras me hundía se me iba acabando el oxígeno, enotnces unos brazos fuertes me agarraron de la cintura y tiraron de mi hacía arriba. ya me quedaba poco para ahogarme pero entonces pude notar la brisa del aire rozando mi cara. Lelouch me acercó a la orilla y en ella tosí un poco sacando todo el agua que había tragado. Me miró y dijo que al final ese día si que acababa siendo una damisela en apuros. No pude evitar reírme.


- Jajajaja de verdad que no se como has picado... claro que se nadar, estaba gastándote una broma hombre, pero la broma ha ido un poco lejos, por poco me ahogo de verdad jajajaja


Le miré no creo que eso le hubiese parecido divertido.


- Piénsalo, si no supiera nadar sería una chica demasiado débil, y eso es lo último que quiero hacer parecer.


Entonces recordé vagamente lo que vi bajo el agua, las almas intentaba agarrarle ¿por qué razón? , es decir, a mi no me había hecho nada y a él no paraban de agarrarle.


- ¿Por qué las almas habían intentado atraparte? ... es decir, eso no es algo común ¿verdad?

Me había gastado una broma...¡UNA BROMA! Maldita mocosa, me había preocupado tanto por una broma, no me reconocía.Este no era el Lelouch que yo conocía, en lo absoluto.

-Te has dado cuenta que los corazones de la gente no están para mucho vuelcos últimamente, ¿verdad?.-pregunté, aún alterado tras lo que acababa de pasar.No me gustaban las bromas aunque me pasase el día entero haciéndolas, no me gustaba nada de nada que la tomaran conmigo o mi pelo.

Pero me quedo pensando en su pregunta, ¿por qué me agarraban a mí? Pues estaba claro, por el mismo hecho de que yo escondiese mi alma.Porque al estar corrompida y oscura, no tenía derecho de estar aquí, no vivo.

-Pues por el mismo motivo por el cual tuve que hacer ese hechizo, no tengo derecho a de estar aquí.Aquí sólo aquellos con un alma buena tienen derecho a entrar, yo no.-expliqué, no podía dar todos los hechos pero estaba seguro de que era por eso. Este lago nunca me perdonaría pues eché aquí todos los cadáveres que yo mismo asesté. Este es mi castigo, ser atormentado por las almas que yo asesiné.

Sentí un leve tirón seguido de un tirón más fuerte que me arrastró por debajo del agua.Estaba siendo arrastrado por la almas, pero no oponía resistencia.Pues podía permanecer varios minutos bajo el agua así que no me importaba ser arrastrado.-¿adónde me lleváis?.-pregunté, con los brazos cruzados.

Cuando le dije que había sido un broma su mirada cambió, me miro enfadado , muy enfadado, tanto que llegué a asustarme un poco mirándole arrepentida. Parece ser que no le sentó nada bien la broma. y eso que él las gastaba siempre a todo el mundo. Entonces dijo un comentario que me hirió mucho, los corazones de la gente no están para ser alterados últimamente. La verdad es que tenía razón, me agarré el brazo izquierdo con la mano contraria y miré al suelo arrepentida.


- Lo siento mucho de verdad... no volverá a pasar.


Escuché con atención su respuesta a mi pregunta. Las almas no le permitían estar allí porque sin saber muy bien como, su alma era oscura. Por lo visto Lelouch escondía muchas cosas porque el lago no solía atacar así a la gente.


Entonces vi como las almas volvía a agarrarle tirando de él con más fuerza, me preocupé y le agarré del brazo para que no se lo llevaran a las profundidades del lago, pero él no parecía preocupado, de echo se lo estaba tomando con bastante calma y les preguntaba ¿a donde se lo llevaban? . Le miré, creo que era un poco obvio que querían llevarle al fondo del lago para matarle.


- Será mejor que salgamos Lulu.


Salí y tiré de su brazo sacándole del lago. Le miré y sonreí sentándome en el borde dejando mis pues dentro del agua mientras le miraba.


- Eres muy misterioso Lelouch... escondes muchos secretos jajajaa eso me gusta.

Cuando me arrastraron no tenía ningún problema, sin embargo ella quiso por así decirlo , venir conmigo.Aunque ella no aguantase mucho la respiración, puesto que apenas aguantaba un minuto que fue más o menos lo que tardé antes en ir a salvarla.

-No deberías preocuparte por mí, puedo arreglármelas solo.-solté, solemne.No me gustaba estar serio delante de la gente, pero tenía que estarlo para dejarle claro que no debía ser salvado por nadie.Sólo yo puedo salvarme a mi mismo.


Cuando me dijo que le gustaba que fuese así como soy, más bien, que tenga los secretos que tengo y de que fuese un misterioso.Mi corazón dio un vuelco.¿Cómo le iba a gustar alguien así?¿Por qué?

-No te entiendo.-afirmé, con una cara bastante poco común en mí.Una cara de ignorancia total, puesto que no tenía idea alguna del por qué.-¿Vienes?.-pregunté, dándole un mecanismo que hacía que pudieras respirar durante unos diez minutos en el agua.

Me metí en el agua, sin esperar respuesta.Pues iba a enseñarle lo atroz que llegué a ser antaño, enseñándole la pila de almas que había por los cadáveres que yo mismo tiré.La almas me proporcionaban una propulsión hacia abajo así que no tuve ni que hacer apenas ejercicio.Hasta que llegamos abajo del todo, al fondo del lago.Y lo único que había eran ataúdes encadenados para que no pudiesen abrir.-El causante de eso...-señalé los ataúdes.-fui yo.-terminé diciendo.

Cuando le dije que me gustaba que fuera así de misterioso me miró con una cara que nunca antes había visto en él. Una cara de ignorancia, de no entenderlo. Me dijo que no me comprendía ala vez que me daba un mecanismos para poder aguantar bajo el agua durante aproximadamente unos 10 minutos. Lo activé y le miré.


- Que seas así de misterioso y que tengas tanto misterio te convierte en una persona interesante por la cual vale la pena arriesgarse a intentar conocerte.


Las almas le deslizaban con rapidez hacía el fondo y a su vez iba yo junto a él. Cada vez estaba todo más oscuro pero aún así se veían las cosas con suficiente claridad gracias a la luz de la luna que se reflejaba en el lago. Cuando llegamos abajo del todo pude ver unas cajas de madera encandenada... ataúdes. Los miré impresionada y él me miro diciendo que él era el causante de aquello.


Le miré con la boca abierta y miré a mi alrededor, ciertamente eran muchísimo ataúdes y estaba ahí abajo para que nadie los encontrara. Miré a Lelouch y sorprendentemente le sonreí.


- Bueno... matar no está bien eso lo sabe todo el mundo, pero yo no te voy a juzgar, y menos sin saber el por qué lo hiciste - le miré fijamente- puede que te sorprendas pero no te tengo miedo pues no creo que vayas a matarme por ver esto ya que has sido tú el que ha querido enseñármelo, y aún que me mataras ¿qué importaría?, es decir yo moriría y punto, no podría sentirme mal por ello ni odiarte por el simple echo de que estaría muerta y no sentiría nada jajaja solo sería una menos.


Le sonreí, puede que la situación no fuera para nada de risa pero no me encontraba mal ahí abajo. Es cierto que él no dejaba de ser un asesino por haber matado a toda esa gente pero en ese momento me dio igual.


- Has sido muy valiente por enseñármelo y no se, en cierto modo me siento afortunada de poder haber visto esto, es una forma de ver que en cierto modo confías en mi.

Me estaba sonriendo.Incluso cuando le había enseñado tantos cadáveres, ¿por qué era así conmigo? más bien, ¿por qué se parecía tanto a Evangeline? O lo más importante, ¿por qué he pensado en ella como en Evangeline?

-¿No te importa que en e momento en el que te metas en mi camino, sin importarme qué, sin compasión, pueda matarte?.-pregunté, seriamente, subiendo a la superficie.Era mejor coger oxígeno para lo que iba a hacer.

Lo que iba a hacer era, sin molestarme mucho, coger todos los ataúdes y llevarlos a tierra firme donde poder darles el descanso eterno como se lo merecen.Aunque cogerlos uno a uno seria demostrado por lo que, sería más fácil hacerlo en el agua misma...aunque mi poder se ve reducido en el agua a un 60%, por eso de que no se ve bien bajo el agua.Así que decidí sacarlos uno a uno.


Cuando estaban todos en tierra firme, sin salir del agua, utilicé un poco de agua que lo que hizo fue rodear los ataúdes en forma de que dibujara un círculo de magia.Miré a la chica y sonreí.

-Te necesito para esto.-susurré, pidiendole ayuda en esto.-Necesito unas cuantas gotas de tu sangre.-dije, no quería explicar el por qué pero debía hacerlo si quería que funcionase este hechizo purificador.

Me preguntó si no tenía miedo a que pudiera matarme. Me quedé pensando mirando hacía arriba y a los pocos segundos le miré negando con la cabeza a la vez que me encogía de hombros.


- Ya te lo dije antes... no, creo que el miedo a la muerte es el miedo más tonto que puedes tener... pues es tener miedo a algo que va a llegar y que cuando llegue no te vas a enterar jajaaj así que si me matas ¿que me va a pasar?, nada, porque no voy a sentir nada mientras esté muerta, así que supongo que da igual morir hoy o dentro de 50 años mientras que hayas aprovechado tu vida al máximo.


Mientras me respondía subimos a la superficie, entonces él me miro y se volvió a sumergir, al principio no entendía que hacía pero pronto lo supe. Estaba subiendo todos los ataúdes hacía la superficie. A medida que los iba subiendo le iba ayudando en lo que podía. Cuando ya estuvieron todos en tierra firme me miró pidiéndome un favor, quería algunas gotas de mi sangre. Le miré un momento dudosa pero asentí. Cogí una daga que llevaba en mi cinturón y me hice un corte algo profundo en la mano del cual chorreaban un par de hilos de sangre que recorrían mi mano cayendo en el suelo y se lo mostré.


- ¿Te vale con esto?


Entonces me surgió una duda en mi mente...


- ¿Por qué haces esto? ... es decir ¿por qué ahora precisamente, después de tanto tiempo?

Me hacía sacar de quicio..pero ¿por qué?.

-Entonces, no te importa que otros lloren tu pérdida, ni que se lamenten el resto de su vida por protegerte, como haría tu hermana, o bien el perderte seria un eterno sufrimiento para varias personas.Eso, ¿estaría bien?.-pregunté, algo molesto por la absurda tontería que acababa de decir.

En cierto modo se parecía demasiado a Evangeline, incluso ella pensaba así de la muerte.Me preguntó el por qué de mis acciones de este momento, estaba claro en mi mente.Por ella.No conocía a mucha gente pura, pero ahora que la conocía a ella no dejaría pasar la oportunidad.

-Por ti.-dejé caer.Sin más palabra que esa.

Vi el chorreón que echaba su mano, lentamente, esa sangre caliente se iba fundiendo con el suelo.No podía permitir tal despilfarro.Cogí su mano, y con sumo cuidado lamí hasta la última gota de sangre.Dejando que mi saliva se llevara un poco de poder curativo al cuerpo de la chica y su herida se cerrara en segundos.

Mis ojos, rojos como sangre, ya habían sido mostrados de esta manera antes.Pero no era nada malo esta vez, me tragué la sangre y, cogiendo una carta me raje un poco la punta de mi dedo.Dejé que un poco de sangre salir, para volver a entrar en mi cuerpo, siendo tragada por mí en ese instante.De un lametón.

-Ahora, espíritus de la sangre, escuchadme.-susurré, por lo bajini, esperando no ser oído.-Utilizad el poder que queráis para poder purificar estas almas malditas.-seguí diciendo, con pena, pues fui yo quien maldijo estas almas.

Me miró algo enfadado, como pensando que acababa de decir una estupidez y soltó que no me importaban las personas que me querían, que sufrirían por mi que querían protegerme, le miré, no quería decir eso en absoluto, pero esperé a que acabara para contestarle.


- Todos morimos antes o después, yo no digo que me vaya a morir ya ni mucho menos, cuanto más tarde mejor obviamente, pero eres tú el que ha preguntado que pasaría si me matabas, y yo he respondido. Aún que seguramente a la única a la que le importe eso sea a mi hermana


Cuando le pregunté el por qué iba a darles la paz a esos muertos que había en los ataúdes justo en ese momento me miró, su mirada en ese momento era muy profunda, casi se podía nadar sobre ella y respondió un "por ti". Le miré y no pude evitar sonreirle con dulzura.


- Gracias...


Le sonreí, cuando me hice el tajo en la mano lo miró algo desconcertado, puede que me lo hubiese echo demasiado profundo, pero no se controlar mi fuerza, y menos para hacerme un corte a mi misma. Agarró mi mano y la lamió llevándose consigo casi toda mi sangre. Lo que más me impresionó es que después de pasar su lengua dejó de salir sangre y se me cerró la herida curándose.


Tras lamer mi sangre se hizo una herida a si mismo en su decidí índice con una carta, esperó a que este sangrara he hizo lo mismo que conmigo. Se lo lamió. Entonces se dirigió hacia los ataúdes y habló hacía el cielo casi susurrando para comunicarse con los espíritus. Les dijo que purificasen las almas de los cadáveres allí presentes. Le miré y tras un rato pregunté.


- ¿Ya se han purificado? .... Por cierto, lo de tu sangre lo entiendo pero ¿Para qué necesitabas la mía?

Miré la montaña destartalada de ataúdes, era casi infinita, aunque era un poco exagerado, había más que hombres ahí dentro.Había mujeres y niños, el por qué los había matado no iba a decirlo tan fácil , pero les sonreí.Esperaba el descanso eterno de ellos y de mi alma.

-Está claro que mi sangre no es suficiente.La sangre de un pecador nunca es suficiente.-admití, con pesar en el corazón.-Pero con ayuda de la sangre de una persona pura, quizás, sólo quizás el ritual funcione.Ahora solo falta, dar algo de valor para mí a cambio.-dije, metiendo mi mano en el sombrero que yacía tirado en la tierra no muy lejos de mi.

Deslicé mi mano dentro del sombrero y saqué un colgante, con una perla de color zafiro que brillaba como la noche estrellada.Y, lo tiré encima de los ataúdes.Con suavidad, tampoco era como para estar siendo muy bruto.Por último y no menos importante...un recuerdo.Un recuerdo debe ser desvelado.

Me giré para observar a la chica.-Es hora de que sepas algo.-murmuré sonriendo.Coloqué mi dedo índice en mi sien derecha, con la misma mano, y saqué lo que parecía un poco de humo, para enviarlo a ella.Era un recuerdo, le debía enseñar cómo maté a toda esta gente para ser perdonado por esta gente.

RECUERDO ON
Era un día tranquilo, con el sol a cuestas llegué a la ciudad.Con una espada en la mano, una espada que rechinaba y salpicaba fuego.Mis ojos era de un rojo en toda su totalidad y parecían vacíos, sin vida ni sentimiento.

Iba calle por calle, acribillando a cada persona que por allí había.no importaba ni sexo ni edad, quien se cruzara por su camino.Moriría.Y así fue, todas y cada una de las personas que había por las calles aparecieron muertas o desmembradas.Decapitadas incluso.

Cuando hubo acabado con todos lo que había en la calle, la voz del príncipe se pudo oír como un eco.Diciendo "así me gusta.Sigue matando a la gente y cuando los hayas matado a todos seras libre.A cambio de tu libertad...la muerte de la gente inocente AJAJAJAJ" se acabó riendo a carcajadas el príncipe.

Eché un vistazo atrás, viendo la atrocidad cometida.La espada cayó, junto al embrujo de Lelouch seguido de unas lágrimas.Al final , cogió a cada persona y le proporcionó un ataúd y los llevo a todos hasta el lago

RECUERDO OFF

-Ahora, ¿sigues queriendo estar siquiera cerca mía?.-pregunté, con el alma dolida.Mientras ,a mi lado todas las almas del lago salían con hermosas alas blancas en sus espaldas y volaban hasta el reino de los cielos (?).

Miré la enorme montaña de ataúdes y me entristecí ante ello. Era una atrocidad. Él me miró y respondió que su sangre no iba a ser suficiente , que necesitaba la sangre de una persona pura. Le miré algo extrañada. Obviamente yo también había cometido pecados, tales como soltar alguna mentirijilla o decir algún taco que otro.


- Bueno... yo también he cometido algunos pecados ¿eso sigue valiendo?


No respondió, se giró hacía los cadáveres y sacó de su sombrero un precioso colgante con una piedra preciosa en el centro color zafiro. La miró y la tiró hacía los cadáveres diciendo que ojalá funcionara. Puse mi mano sobre su hombro y le sonreí.


- Seguro que si.


Me miró y dijo que quería que viese algo, se llevó el dedo índice a la sien y de él saco una especie de capa densa de humo. Lo acercó a mi y en un visto y no visto caí en una especie de remolino. Al abrir los ojos me vi en la ciudad y observé como a lo lejos llegaba Lelouch con una espada en los ojos y sus ojos rojizos inyectados en sangre. Al llegar a la ciudad vi algo espantoso, comenzó a blandir su espada con todo el mundo, incluso con los niños, los despedazaba de uno en uno hasta que todos los que se cruzaron en su camino acabaron en el suelo dejando solo sus cuerpos sobre un sendero carmesí.


Tras Lelouch pude ver como se acercaba el príncipe y le decía que estaba contento con él, que siguiera así, matando a inocentes, si no nunca tendría su libertad.


Entonces tras esto salí del recuerdo... de su pasado el cual al parecer no paraba de perseguirle. Me miró algo dolido preguntando si seguía queriendo estar cerca de él. Mi mirada esta vez era de tristeza y de compasión. No pude evitarlo y me lancé a abrazarle.


- Todos cometemos errores... unos mas graves y otros menos, pero la única forma de poder enfrentarlos es admitirlos. Tú lo has admitido y ayudando a estas almas a volver a estar purificadas estás a la vez enfrentándote a ello. Además, nadie merece vivir con ese sufrimiento que llevas en tu interior, cometiste un error del que te arrepientes de verdad, así que no te atormentes más por ello y deja de hacerte daño - Le mire- Yo te ayudaré a luchas contra el príncipe, a partir de este momento declaro dejar de ser neutra para convertirme en una persona contraria al reinado del príncipe. Te ayudaré en todo lo que sea posible. Te lo prometo.

Comentó que había cometido algunos pecados, nada comparado con los míos.Pero aún así eran pecados, aunque fuesen mentirijillas o cotilleos mal intencionados, eran pecados menores, más bien era una forma de supervivencia.

-Lo tuyo no se puede ni considerar pecados.-musité, entredientes apretando los puños.Ya que ella era tan pura y yo era una alma perdida en la oscuridad.

Me había abrazado, me estaba abrazando, cosa que llevaba tiempo sin sentir.Pues nunca abrazo a nadie por abrazar, si no es para el sexo ni me molesto en agarrar a alguien.Pero ella lo hacía tan inconsciente que parecía tan natural...No entiendo en lo absoluto a esta chica, de pronto puede ser de una manera de pronto de otra.Era, peor que yo, pues yo solo uso una mascara...ella era así.

-¿Lo dices en serio?.-pregunté, atónito cual pequeño saltamontes con su maestro (?), pues no era muy común que alguien decidiese así por que así, sin antes haberlo intentado todo, el cambiar su pensamiento político.La agarré de las manos, con suavidad.-¿Lo harías? Pues yo estaría encantado de admitirte en mi batallón.-expliqué, ahora ya tenía a un miembro en el que podía confiar y podía llevar a mi batallón.

-El batallón que me fue concedido, es sencillo, tenemos que hacer lo que los otros batallones no son capaces.-informé.Sencillo.Pero un pensamiento vino a mi mente, era imposible que se viniera a mi batallón, no sola.-Pero...¿y tu hermana? ella no ha decidido nada...-susurré, con tristeza...pues todo lo que acababa de pasar se iría al traste.

Dijo que lo mío no se podían considerar pecado, es cierto que las pocas veces que hacía algo malo era por un fin bueno pero aún así las cosas malas no están bien hacerla.


Cuando le abracé noté en e cierta extrañeza. Me preocupó un poco que e pudiera haber enfadado ante aquello, pelo luego lo pensé mejor y me dio igual, no lo había echo con mala intención, de hecho, lo hice porque quise y nadie en el mundo puede obligarme a hacer nada que no quieras. Cuando le dije que me iba a poner de su bando me miró atónito y a la vez efusivo a la vez que preguntaba si lo decía en serio. Después añadió que él estaría encantado de tenerme en su bando, cosa que me hizo sonreír más aún.


- Por su puesto que si, si digo que lo hago lo hago jajaja no soy una cobarde.


Comenzó a hablarme de que se trataba el batallón pero de pronto se cayó mirándome algo más serio. Su expresión se volvió más triste a la vez que me decía que mi hermana no lo había decidido. Le sonreí y negué con la cabeza.


- A ver, vale que somos hermanas y que siempre estamos juntas y tenemos un vínculo especial, pero aún así aún que no te lo creas aún soy capaz de tomar decisiones por mi cuenta, además, a mi hermana seguro que también le parece buena idea y se une. - Sonreí mirándole. - Además acabo de prometerte que me uniría, y yo no cumplo mis promesas.... no soy una mentirosa . - Le saqué la lengua juguetona.

Tras mi asombro, vino más asombro.Seguido de una felicidad desbordante.El motivo: el hecho de que había conseguido más gente para el bando de los buenos, y no era exactamente por la gente sino, por ella.Un alma pura siempre viene bien.

-Pues repito, estaré encantado de tenerte en mi batallón.Espero que puedas hacer todo lo que se nos mande.-dije, poniendo la mano estilo ejército en la frente.Aunque eso a mi no me interesaba, no me había metido en el ejército para pertenecer a él, si no para salvar al mundo del príncipe.

Sonreí.

-Por tu hermana, no te preocupes, no hagas nada.Ya me encargaré yo.Pues, ese es mi trabajo oficial aquí.Y si...no puedo hacer mi trabajo, seré inútil.Y aquellos que son inútiles en este mundo, desaparecen.-dije, no pensando en Alicia, si no en gente que conocí que se había ido de este mundo cuando perdieron la facultad de ser útiles.

Pensé en el adorable vecino de Evangeline, el cual quedó paralítico e pronto, días después empezó a desvanecerse, él y todos los recuerdos sobre él.Sólo la coneja y seres, como yo, que tenemos el tiempo detenido, podíamos recordarlo todo, siempre.

-Me encargaré de ti, con gusto.-admití, sacando la lengua para luego pillarla entre los dientes con una sonrisita traviesa.

Me repitió que estaba encantado de tenerme en su bando y eso me puso alegre.


- Jajaja me alegra oír eso, aún que seguramente no te pueda servir de mucha ayuda, pero me esforzaré en todo lo posible.


Entonces comentó que mejor no le dijese nada a mi hermana, que él se encargaría ya que era su trabajo y su batallón así que si quería reunir aliados tenía que buscárselos él mismo. Respeté su decisión.


- Jajajaj si es lo que quieres lo respeto pues, pero si ves que te pone problemas para aliarse me lo dices y la convenzo jajajajaja


Por un momento se quedó pensativo sin prestar demasiada atención, seguramente estaría distraido pensado en sus cosas, pero cuando le saqué la legua dijo que se encargaría de mi, no pude evitar reía ante aquello y me sacó la lengua.


- Así que te encargarás de mi... espero que me conviertas en un buena guerrera.


Seguí riendo y empecé a temblar, con tanta charla y con el ritual no me había dado cuenta del frío que hacía fuera del agua . Me abracé con los brazos mirando a Lelouch tiritando.


- Hacer frió....


Miré mi ropa, no sabía si ponérmela o no ya que seguía llena de barro y de polvo y si me la ponía me volvería a manchar de nuevo.

Lo que me temía, el frío se apoderó del lago.Cosa normal si estábamos allí en la noche, mojados.Aunque yo apenas sentía el frío, pues estaba dentro el agua aún y, sea por las almas o , por dios saber qué, no hacía frío en el agua.Por ello,la agarré, la abracé y la metí bajo el agua, unos segundos, hasta que retomara su temperatura natural.

Varios segundos después, volví a la superficie, totalmente mojada de nuevo.Me dirigí al sombrero y como haría un mago, saqué no un conejo, sino dos toallas y dos capas, de un color azul oscuro.Mi color, el identificador de mi persona.

-Con esto, no pasarás tanto frío.-Aseguré, con una sonrisa cálida.Yo , sin embargo aún no había siquiera salido del gua, estaba tranquilamente en el agua, dándome un zambullído(?).

El lago estaba conectado espiritualmente con uno de los manantiales de agua más pura que había en el mundo, por eso decidí dejar los ataúdes allí.Sonreí, al ver que el agua seguía tan clara y pura, nada podría hacer que este lago se ensuciase, ni siquiera mi presencia.Exceptuando si trayésemos aquí al príncipe o a su perro.Cuánto asco le tengo a su pero.

Me acordé del poder del príncipe y giré para visualizar la chica.Me dirigí a ella.-Me olvidaba, debes tener cuidado con una cosa sobre el príncipe.Su mayor poder, es la hipnosis, por ello, si alguna vez te lo encuentras, corre sin mirarle a lo ojos.Huye, si no puedes huir.Si tienes que unirte a él, hazlo, pero siempre sin mirarle a los ojos.

Él se dio cuenta de que yo estaba temblando del frío, pro ello tiró de mi metiéndome de nuevo en el lago y me abrazó para que volviera a tener una temperatura corporal normal, no pude evitar sonrojarme por ello. Noté su calor y como poco a poco yo iba perdiendo el frio.


Tras unos segundo se separó y buscó el sombrero, de él sacó un par de toallas azuladas y un par de capas del mismo colo azul oscuro. Me dijo que con eso no pasaría frío, así que salí del agua y me tapé con la toalla mientras me sentaba frente al lago mirando al horizonte agarrándome las rodillas con las manos. Cuando por fin mi cuerpo estuvo seco decidí ponerme encima la capa. Mientras lo hacía comentó que tuviera mucho cuidado con el príncipe, que si me lo cruzaba alguna vez saliera corriendo en otra dirección ya que la mejor habilidad del príncipe es la hipnosis . También comentó que hiciera lo que hiciera nunca le mirara a los ojos ya que entonces estaría perdida.


- Jaajaja descuida , no le miraré, antes me arranco los ojos jajajaja


Le sonreí y seguí mirando al horizonte. Ciertamente era muy bonito, pero era una belleza fría, antes cuando aún estaba Alicia el lago por la noche estaba repleto de gente alegre y sonriente, de niños que jugaban, de madres que les reñían medio en broma por salpicar demasiado, de risas... pero ahora solo había silencio.


- Ojalá volviera Alicia... antes todo era mejor.- Miré a Lelouch- Aún que la verdad es que pensándolo de esta forma somos bastante tontos, hemos dejado nuestras vidas en manos de una niña, y ahora que no está se ha irrumpido el caos... todo son guerras, dolor y odio, y simplemente por el hecho de que una niña ha desaparecido... - reí- es de locos la verdad.

Miróle apaciguado, pues en cierto modo si que se parecía a Eva, sólo un poco, por dentro.Pero se parecía.Sonreía hasta que oí la estupidez que acababa de soltar por esa boca.

-No vuelvas a decir eso.-comenté, algo enfadado pues era una tontería y no quería que dijese eso más.-Esas osas no han de decirse tan a la ligera.-repliqué nuevamente.Aunque tampoco es que fuera su vida así que tampoco me iba a enfadar demasiado.

¿Loco? Acababa de decir un palabra tabú para mí.Pues el mero hecho de oír esa palabra hacía que mi sangre se alterara, y alterándose mi sangre se alteraba también mi cabeza, mi cuerpo.en conclusión me alteraba, mucho.

-JAJAJAJAJAJAJ.-empecé a reír, como un verdadero psicópata.Completamente ido.Salí del agua, pues ... no sé, la locura quizas se había ocupado de mi cuerpo.-Loco dices JAJAJAJAJAJAJAJ nadie aquí está tan cuerdo como yo JAJAJAJAAJ.-un aura maligna salía de mí.Mis cartas salieron por si mismas, colocándose alrededor de mi cuerpo.Cuerpo incontrolable.

-Aquí nadie se atreve a estar loco, sabes?.-pregunté, señalándola.Pues aquí el que recogía la locura del pueblo y se la metía dentro, era yo.Era mi trabajo, mi trabajo...siempre estaba trabajando...sonreí nuevamente.Y reí otra vez con esa risa tan psicópata.-Ahí donde ves a mis cartas, están protegiéndote.Pues si me descontrolo un poco más...estarías en graves problemas.-advertí, siendo yo mismo mezclado con la locura.La locura, era el reverso de mi moneda.

Me dijo que no volviera a decir lo de arrancarme los ojos nunca más, noté que se estaba alterando así que le miré y sonreí intentando dejar el tema a broma a la vez que ponía mi mano izquierda sobre mi frente..


- Jajajaja si señor


Cuando dije mi última frase "esto es de locos la verdad" vi como su rostro cambiaba, me miraba con cara de psicópata, llegó incluso a darme miedo a la vez que salía del agua y se acercaba a mi. Comenzó a reir, pero no era un risa alegre, sino una risa medio malvada, como si la locura le acabase de envolver. Entonces salieron sus cartas incontrolablemente envolviéndole y noté como el ambiente se llenaba de un aura maligna. Me miró y me dijo que él no estaba loco aún que en ese momento desde luego nadie podría negar que si lo estaba.

Me quedé callada, entonces me señaló ofensivamente, dijo que allí nadie se atrevía a estar loco y que tenía suerte porque en ese momento él aún me protegía con sus cartas pero que si se llegaba a descontrolar más estaría en problemas... problemas, una de mis palabras preferidas, no pude evitarlo y le tenté gritándole.


- No me arrepiento de lo que dije... AQUÍ ESTAMOS TODOS LOCOS... ¿ME OYES? ... LOCOS DE REMATE, tanto tú como yo, como el príncipe.... TODOS

Le miré, sabía que me acababa de meter en un lío pero como siempre se me ocurrió una idea disparatada y absurda, pero tenía que arriesgarme. Di unos pasos acercándome a él quedándome a pocos centímetros de sus afiladas cartas , las cuales estaban suspendidas sobre el aire y girando sin cesar a su alrededor. Le miré decidida cerré los ojos y abancé hacía él con paso firme. A medida que caminaba notaba como las cartas cortaban mi cuerpo por distintas zonas, extremidades, cuello, pómulos, costillas.... pero al final llegué a él y sin más ni menos le abracé pasando mis brazos por su cuello, tenía la esperanza de que así se relajaría.


- Relajate... no pasa nada, todo irá bien.

Estaba enloqueciendo por momentos, mi cabeza se nublaba mucho más rápido que mi corazón, pero se nublaba.Mi yo loco no tenía mucha paciencia, porque si tuviera paciencia yo no sería yo, y mi yo enloquecido tenía algo que nadie más tenía, la locura del país de las maravillas.

-NO TE ACERQUES.-grité, notando como su sangre me salpicaba, su sangre.Su sangre hacía que me enloqueciese más aún.Pues el triste olor a sangre me hacía sentir temblores, los cuales cesaron cuando sentí sus brazos rodeando mi cuello, abrazándome.

-No me toques.-murmuré, dejando mi último toque de lelouch que quedaba en mí.Mis ojos volvieron a cambiar de color, como siempre como cuando se enfadaba, a un color rojo sangre.

Mi yo enloquecedor se había vuelto mi propio cuerpo.Mi cuerpo no respondía a mis plegarias de no moverse, mis cartas se pararon, no quedaba otra.Yo ya no podía controlarlas, así que se cayeron al suelo, como los pétalos de una flor marchitándose.

Mi boca se dirigió rápido a su cuello, proporcionándole un mordisco.Con rudeza pero sin llegar al dolor, aunque sí que salió sangre, la cual lamí.-¿Ahora qué?.-pregunté, no yo, sino mi yo loco.

Cuando me fui acercando notando sus cartas cortar mi cuerpo me gritó que no me acercara, pero a pesar de los cortes me acerqué hasta abrazarle y decirle que todo iba a salir bien. Noté como su cuerpo dejaba de temblar cuando le abracé, no sabía si esto era bueno o malo pero no cesé.


Entonces me miró y alegó que no le tocase, eso me dolió mucho más que las cartas, aún que en cierto modo me lo merecí por haberme enfrentado a él de esa manera... llamándole loco, sus cartas cayeron al suelo, eso significaba que ya no las controlaba, que ya no era él mismo, que la locura se había apoderado de él. A pesar de ello no le solté


Entonces noté algo sobre mi cuello. Al principio era un roce, pero luego se volvió un pinchazo que hizo que cerrara los ojos. Era su boca mordiéndome el cuello... aquello no me gustaba nada, me separé un poco mirándole a los ojos con cierto miedo por lo que podría pasar más adelante.


- ¿Qué haces? ... ¿Para qué me muerdes? ....


Le miré sus ojos eran rojizos de nuevo, pero nunca antes los había tenido del rojizo de esa tonalidad. Temí que algo malo fuera a pasar. Entonces le agarré de los hombros firmemente.


- Escúchame... mírame, tienes que volver a ser tú, no puedes dejar que la locura te controle ¿me oyes?