Directos al Lago.

Cuando le pregunté el por qué siempre estaba teniendo relaciones con todo el que se le pasaba por delante comencé a notarle inquieto, me miraba con cierta seriedad, en ese momento no sabía si arrepentirme o no de lo que acababa de preguntar pero lo que si sabía es que me habría encantado saber que narices estaba pensado, ya que tardó lo suyo en contestar.


Cuando contestó dijo que era cierto que tener sexo no le llenaba, de echo le causaba aún más vacío del que tenía, pero que haciendo eso se convertía en una persona incapaz de amar. Ante eso arrugué la nariz mirándole mal. Si este chico no podía amar yo nunca cumpliría mi objetivo. Iba a contestarle, pero ya habíamos llegado a la puerta de la hamburguesería. El camino resultó bastante corto a mi parecer y también muy tranquilo... puede que DEMASIADO tranquilo, parece que Lelouch pensó lo mismo que yo ya que dijo que era todo tranquilo,aún que lo dijo tan bajo que no parecía que eso le preocupase.


Al entrar en la hamburguesería vi su cara, estaba ¿como decirlo? apagado, eso es. Sonreía pero era una sonrisa falsa, sin ningún tipo de alegría como si no le gustase aquello.


- Eh.. ¿estás bien? ¿qué te pasa? ... ¿quieres que nos vayamos?


Pero fue tarde, el camarero se acercó a nosotros con cara de pocos amigos y nos preguntó que ibamos a tomar, a lo que respondí que una hamburguesa con carne queso lechuga, tomate y mayonesa, y de beber coca cola. Entonces miré a Lelouch , le cogí de la mano y nos dirigimos a una mesa alejada donde le ayude a sentarse.


- Cuéntame que pasa.

No podía mirar a nadie a los ojos, no tenía ese derecho.Aún no lo tenía, no hasta que todos mis pecados se hubiesen vuelto contra mí, maldita maldición.

-Estoy bien.-asentí, sonriendo.-No nos vayamos de aquí, no ahora.-musité, dirigiendo mi mirada al dueño del local, que se dirigía hasta nosotros.Venía con una sonrisa en el rostro, normal, si me recordase ya estaría medio apaleado.

Pedí lo que tantas veces antes me había pedido, una gran hamburguesa en un plato junto a las patatas fritas doraditas, ni muy poco ni muy hechas, y un gran vaso de té helado.Sonreí al hombre, nótese por su aspecto que parecía más bien un cincuentón que un jovencito, pues se podían notar las canas y las entradas de lejos, junto a una barrigota cervecera.

Cuando me obligó, literalmente, a sentarme en una mesa mucho más escondida para que le contase aquello que se supone que me ocurría, estaba claro que me ocurría lo mismo de siempre cuando venía aquí, la vergüenza y el arrepentimiento.

-Quieres saber lo que pasa, ¿no?.-murmuré, dirigiendo mis ojos a los suyos.Ahora que lo notaba, la lentilla me picaba, y mucho.-Pues lo que siempre me ocurre cuando vengo aquí, simplemente es vergüenza y arrepentimiento, ¿no conoces esta calle?.-pregunté, señalando el nombre de la calle.-Günsberg street es la conocida calle de los asesinatos, no te acuerdas mucho de mi historia, ¿no?.-le miré, me picaba mucho el ojo.Lo tenía irritado, no me quedó otra que quitarme la lentilla dejando ver mi ojo carmesí.

-¿Sabes el por qué todavía no me han apaleado incluso estando frente a ellos?.-pregunté, sonriendo dolorosamente.Posando mi mano sobre mi ojo izquierdo, dicha mano es la izquierda.-Pues, porque el poder que tiene el príncipe, la hipnosis...es algo que tenemos igual, es el poder común entre ambos.-aclaré, rotúndamente.Dejando ver nuevamente el ojo de color rojo sangre.

Cuando nos senatamos y le pregunté qué le pasaba me miró con cierta seriedad sin estar muy seguro, miro hacía los lados vigilando que no hubiera nadie mirándonos y por fin habló. Me contó que le daba lástima y tristeza volver a aquel sitio, pero lo que más sentía era verguenza. Me señaló a los jefes del restaurante y me dijo que mató a su hijo, ante eso le miré confusa, él debió de notarlo ya que acercó su rostro al mio y me susurró que él al igual que el príncipe es capaz de dominar la mente y los recuerdos de la gente, y así modificó las mentes de los padres. Le miré entristecida.


- Entiendo que te sientas mal por ello, si no fuera así seguirías siendo el Lelouch sanguinario que manejaba el príncipe, pero ahora eres tú mismo, y no debes odiarte tanto como te odias, es decir, lo que hiciste lo hacías sin darte cuenta, solo obedecías órdenes de un malvado, pero tú no eres así, tu eres bueno y ayudas a la gente... a mi me has ayudado. Además si volvieras al pasado seguro que intentarías salvar al chico. - le miré fijamente- Solo hay una cosa que no aguanto... lo del hipnotismo, en mi opinión es una forma miserable y cobarde de solucionar los problemas, es decir, cuando yo tengo un problema lo afronto por mi misma, no me pongo a borrar la memoria de la gente para así quitarme el problema de encima. - Noté como me miraba cabizbajo , puse mis dedos bajo su barbillas levantándosela - Pero no te sientas mal.


Tras esto acerqué mis labios a los suyos fundiéndolos en un beso, puede que no fuera un beso perfecto ni pasional pero era sincero, era de cariño, para demostrarle que podía confiar en mi . Me separé y le miré.


- Bueno... ¿has terminado ya de comer?

Me estaba dando una clase de orgullo, la cual no me gustaba pues me hacia pensar que era el cobarde que soy, sí, soy un cobarde pero no me gusta que me lo restrieguen por la cara y acaben con un "no te sientas mal" , chica, me haces daño (?)

La miré como siempre miraba a la gente , con una media sonrisa que su brillo se comparaba con el destello de la luna llena en una noche fresca de verano.

Tras su larga charla, la cual no había prestado mucha atención, me propinó un beso cuando aún estaba comiendo, cosa que tampoco me importó y ni me inmuté de su beso gratuito.No me sorprendían nada los besos ya, pues el ritual era ese (?)

-¿Puedo saber a que ha venido eso?.-pregunté, un poco frío.Pues no me gustaba que me molestasen mientras comía, era un ritual.Con los labios manchados aún por su húmedo beso, seguí comiendo hasta terminarme mi hamburguesa con mis complementos.Saqué de mi chistera dinero, mucho dinero, y lo puse sobre la mesa.-Esto cubre la cuenta.-aclaré.

-Pues ya he terminado.-sonreí, y me levanté para dirigirme al baño.-Ahora vengo.-susurré, alejándome.

A medida que le di mi larga charla sobre lo que pensaba noté que no prestaba demasiada atención ya que posiblemente pudo haberle molestado el hecho de que le llamara cobarde por meterse en la mente de la gente y arreglar así sus problemas. A nadie nos gusta que nos llamen cobardes pero esa era mi opinión y le gustase o no tendría que respetarla.


Entonces me acerqué a él y le besé, tras e beso él ni se inmutó y eso me puso rabiosa. Lo único que hizo fue alzar la vista y mirarme sin apenas expresión preguntando el por qué le había besado. Ante aquella pregunta me volví a sentar correctamente mientras le miraba.


- Pues te he besado porque si... no se como señal de confianza de que sepas que no estás solo... siempre que lo necesites me tendrás a tu lado para ayudarte y apoyarte.... llámalo ser una amiga.


Él se dedicó a seguir comiendo y tras unos minutos acabó dejando dinero sobre la mesa como pago de la cuenta. Me miró mientras se levantaba y dijo que iba al baño un momento a lo que asentí con la cabeza. Me empecé a sentir un poco mal, primero por haberle llamado cobarde y segundo por haberle besado así sin mas como si de cualquier cosa se tratase. Me quedé sentada esperando a que saliera del baño. Mientras esperaba miré a mi derecha con disimulo y vi a dos solados... pero no soldados cualquiera, si no soldados del príncipe. Noté como me observaban y e cuanto Lulu entró al baño se acercaron a mi por la espalda. Antes de llegar a mi lado me giré mirándoles con seriedad.


- ¿Qué queréis?

Tras mi corta caminata haca el baño, pude ver cómo dos soldaditos se las arreglaban para llegar hasta mi acompañante, supuse que estaría en peligro en unos minutos por lo que entré, calmado, al baño.Me limpié la cara y, un intenso dolor de cabeza llegó a mi cabeza.

Ese dolo hizo incluso que me dejara caer, mi pesado cuero se calló sobre el frío suelo.Sudando, sentí como un veneno recorría mi cuerpo, el veneno no era muy fuerte pero si lo suficiente par dejarme adormilado unos minutos.Lo dicho, se me cerraban los ojos por sí solos, cosa agridulce de tragar.

Pensé en la chica,qué le habría ocurrido a ella y por qué el motivo de envenenarme, quizás ya recuperaron sus recuerdos de aquel día.Me puse en pié me lavé la cara, no fue suficiente para animarme.Con lo cual, agarré una daga que en mi bolsillo había, para hacerme una herida profunda en la pierna izquierda, por encima de la rodilla.

Me animé y salí del baño, contemple la escena,¿por qué los aldeano querían atacarnos junto a los soldados del príncipe? Quizás lo hayan recordado todo, quien sabe.

-¿Por qué?.-pregunté de un suspiro.

Mientras Lelouch entraba al baño los soldados del príncipe se me acercaron. Cuando les pregunté que querían no me contestaron con palabras, si no con gestos. Uno de ellos blandió con rapidez un puñal y lo dirigió hacía mi cuello pero conseguí esquivarlos agachándome tirada debajo de la mesa. Dirigí mi mirada hacía los jefes del restaurante los cuales ni se inmutaron, al contrario... estaban sonriendo. Volví a mirar a los soldados los cuales intentaron volver a apuñalarme en vano ya que volví a esquivar el cuchillo. Me puse en pié y di unos pasos hacía atrás alejándome de ellos.


Tras unos minutos Lulu salió del baño, su piel estaba de un color blanquecino verdoso y no tenía buena cara, entonces lo comprendí... estaba envenenado. Miré a los dueños del restaurante.


- Debería daros vergüenza... así lo único que haceís es convertiros en asesinos.


Entonces uno de los guardias fue a por Lelouch y el otro a por mi. Miré a Lulu, se le veía muy débil y con tal de que no le cogieran agarré al solado que se le acercaba por el cuello de la capa tirando de él hasta tumbarlo en el suelo. El hombre me hizo un corte en el pie con el cuchillo tirando de este haciendo que yo tambien cayera al suelo. Miré a lelouch y grité


- CORRE... VETE CORRE


Me levanté como pude, corrí hacía él agarrando su mano y medio cojeando conseguí salir del restaurante, eso sí, los soldados nos seguían.


- ¿Que hacemos?

Miré la escena, pasmado.La chica era ágil al fin y al cabo, pero seguí sin entender por qué los aldeanos querían vernos muertos.A mi, podía entenderlo pero no por ello debía meter a los demás en todo esto.Eso significa que todo el que me rodee morirá, era una señal del príncipe...quizás.

-¿Cómo pretendes que corra y te deje aquí? ¿Acaso no lo entiendes?.-pregunté, apoyándome un poco en uno de los taburetes que tenía cerca, comprendí que podía verse mi estado desde lejos...¿tan mal estaba?, bueno...mejor sería cogerla y huir...en este estado tampoco sería muy útil si viniesen más.

Como un rayo entonces, la chia cogió mi brazo y me llevó hasta la calle, siendo perseguidos, yo en mi estado y ella coja no es que llegásemos a muchos sitios, por lo que no me quedó otra, agarré a la chica e hice uso de mis poderes, dejando salir varias ilusiones de nosotros dos en la misma postura y totalmente igual en apariencia corriendo a todas direcciones, mientras que los reales, es decir, nosotros.No nos movíamos, estábamos en el tejado del restaurante, esperando que corrieran a cualquier dirección.

-Estamos a salvo, por el momento.-susurré, con la chica en brazos mientras me dejaba caer de culo.-No tenemos mucho tiempo, no en mi estado, las ilusiones desaparecerán pero antes se dirigirán hasta mi comoo si un rastro de polvos se tratase.-expliqué, midiendo mis palabras.

Cuando le vi aparecer y le grité que se fuera que huyera me contestó que no podía dejarme allí sola con ellos, enotnces fue cuando sin previo aviso me levanté corriendo hacía él, le agarré del brazo y salimos corriendo. A pesar de que yo estaba coja se veía a 1000 lenguas que él estaba mucho peor que yo, entonces lo que paso a continuación fue muy rápido y confuso. Sin saber cómo Lelouch me cogió y nos teletransportó la tejado. Cuando llegamos allí él se dejó caer sentado y ante esto caí yo también sentada sobre él. Miré hacía abajo y vi unas cuantas copias nuestras que distraían a los soldados.

- Increíble... me tendrás que decir cómo consigues hacer estas cosas

Me miró y dijo que estábamos a salvo por el momento pero que no aguantarían mucho las ilusiones y cuando desaparecieran se lanzarían a por él. Le miré.

- Yo te protegeré.

Me quedé pensativa y se me ocurrió algo. Me agaché y saqué una navaja bastante afilada que tenía dentro de mi zapato. Me asomé por el tejado mirando a los hombres y miré a Lelouch.

- Si todo sale bien... volveré en un momento.

Son pensármelo dos veces salté cayendo sobre uno de los soldados, al caer este se tumbó poca abajo y yo quedé en la misma posición justo encima de él. En un rápido movimiento me senté agarrándole del pelo y colocando mi navaja en su cuello. Miré al otro soldado.

- Si no quieres que lo mate.... corre y vete de aquí... o si no te juro que me cargo a tu compañero.

Miré asombrado la escena, sabía perfectamente que ella no lo mataría, ella no podría hacerlo..y dejarle una opción tanto a uno de los soldados dejando morir a su compañero e ir a asesinarla como la opción de que el soldado de abajo fuese más fuerte que ella.

Sin remedio alguno, con mis últimas fuerzas, mientras mi pobre sistema curativo intentaba sanarme, salté sobre éste segundo soldado, dándole directamente un rodillazo en la cabeza, dejándole totalmente inconsciente.

-NO DEBES DARLE OPCIÓN A QUE TE MATEN.-grité, perturbando el silencio que se había formado en esa misteriosa calle maldita.-NUNCA.-recalqué este nunca, señalando al soldado que estaba bajo suya, el cual reía intensamente.-¿Crees que a ellos le importa que su compañero muera?.-pregunté, levantándome como pude, e iba dirigiéndome hasta ella.

-Si no vas a matarlo, déjalo lo suficientemente inconsciente como para que ni siquiera piense en unas horas.-musité, entre tambaleos, pues mi equilibrio andaba un poco dañado.Un poco bastante.-Adelante.-terminé diciendo, mientras me apoyaba en la pared más cercana.

Cuando le dije al guardia que si quería que su compañero viviera debía irse corriendo este sonrió mostrando una sonrisa malévola y entendí que le daba totalmente igual que fuese a hacer yo con su compañero. Acababa de dejarme sin opción ya que yo no era capaz de matar al otro guardia.... estaba perdida.


Cuando pensaba que me iban a matar apareció Lelouch cayendo del cielo sobre el soldado de la sonrisa malévola y me miró con seriedad. cuando el hombre cayó de bruces al suelo inconsciente Lulu comenzó a gritarme que no les diese la opción a que me matasen. Ante esto me asusté ya que él no me había gritado antes así, como si me estuviese riñendo por algo.


- Pero yo.... no soy capaz de matar tampoco.


Mi voz era frágil y en cierto modo temerosa. Lelouch se apoyó en la pared y añadió que debía dejar al guardia inconsciente. Dirigí la mirada hacía el guardia que tenía agarrado y este me miraba con compasión ¿de verdad iba a dejarlo inconsciente? . El hombre suplicó compasión y sin evitarlo le solté.......... error.


Un grito sonó de mi garganta cuando encontré el puñal del hombre clavado en mi pecho. El primer momento fue solo un pinchazo pero a medida que pasaban los segundos la herida comenzaba a dolerme, a arderme de una forma bestial mientras la sangre brotaba manchando así mi camiseta por completo. El hombre clavó sus ojos en los míos riendo y sin saber cómo, conseguí propinarle un fuerte puñetazo en la cara haciendo que cayera al suelo. Tras esto mi cuerpo no aguantó y cayó también sobre la dura calle. Miré a Lelouch sin poder divisar su expresión con detenimiento ya que en ese momento solo pensaba en lo mucho que me estaba costando respirar.

Todo estaba pasando según mis instintos y mi experiencia me decían, todo volvía a ocurrir como ocurrió aquella vez.Otra persona inocente moriría por intentar salvar a alguien que no lo es.¿Lo permitiría esta vez? ¿Dejaría morir a la única humana que no me gustaría ver muerta?

Sonreí al ver cómo la apuñalaban, era un instinto.Mi instinto asesino ante la sangre, hacía incluso que mi color de ojos fuese el natural, rojizos.

Me acerqué al yacente cuerpo sangrante tirado en el suelo.Sin amabilidad alguna arrastré el cuerpo hasta el techo, más que arrastrar, la llevé medio volando.Mi estado anterior, de pesimismo físico y poca valía habían desaparecido.Pues he de añadir que cuando mi magia se hace más poderosa es cuando mis ojos se vuelven de color rojo sangre.

La dejo tumbada sobre las tejas, supongo que molestan.Pero no me importa en lo absoluto, lo que más me importa ahora mismo es su herida.Era una herida bien hecha, sin duda.La aprecié durante unos instantes.Sonriendo, incluso riendo ante tal situación.

-JAJAJAJAAJ.-reí, fuerte.-Parece que te gusta ver la muerte con tus propios ojos e incluso agarrarle e intentar ser arrastrada.Pero, ¿sabes? No puedo dejar que eso ocurra.-dije, tocando la herida.

Deslicé mis dedos en su herida, no me importó en lo absoluto el daño que podía hacerle.Para poder curarla, debía hacer eso.-Si quieres morir, tendrás que hacerlo cuando YO lo desee.-grité, tras unas rimas bien capaces.-Esto es un contrato.-susurré, con una sonrisa mientras posaba mi mano derecha sobre la herida.De inmediato, ésta paro de sangrar y empezó a curarse lenta y dolorosamente.

El suelo estaba frío y mi piel lo notaba, pero notaba más aún el dolor de la herida. Cerré los ojos con la esperanza de que me doliera menos, una esperanza que realmente no llegó. Entonces unos brazos cogieron mi cuerpo y tiraron de él con cierta rudeza. Ante esto me dolió más el pecho y miré al causante de dicha acción, como no, se trataba de Lelouch.


- No... no...


No pude hablar más, cuanto más me elevaba hacía el tejado más me dolía. Me tumbó sin demasiado cuidado sobre las sucias y resquebrajadas rejas. Le miré y sonreía, en verdad no entendía nada, parecía como si no le importase lo más mínimo, como si me estuviese tratando como a una bolsa de basura. Entonces comenzó a reír a carcajadas ¿Qué hacía? ¿le parecía divertido aquello?. Entonces me dijo con cierto desdén que me gustaba mucho ver la muerte... verla y aferrarme a ella. Tras esto colocó sus manos sobre mi herida divertido. Al notar el fuerte tacto de sus manos presionando la herida comencé a gritar.


- AHHHHHHHHHHHHHHH PARA.... PARAA.... NOOOOO NOOOO POR FAVOR NOOOOOO..... MÁTAME... MÁTAMEE....


Lágrimas salían de mis ojos, lágrimas de dolor, de desear morirme en ese instante,de no poder aguantar más, pero mi cuerpo parece ser que no estaba por la labor. Empecé a retorcerme de dolor intentando apartar a Lelouch, pero cuanto más me resistía más presionaba sus manos y más daño me hacía al penetrar su magia sanadora en mi cuerpo. Tras mucho pelear me cansé y me desmayé.


Al cabo de unas horas desperté y me miré, llevaba encima una ligera manta. Al quitármela vi que no llevaba camiseta, solo una venda que cubría todo mi pecho . Miré a mi alrededor. Ya no estábamos en el tejado. Estaba tumbada en una cama desconocida ¿dónde estaba?. Empecé a recordarlo todo y vi aparecer a Lelouch por la puerta. Le miré ¿qué le iba a decir? . Observé por la ventana que ya era de día, no sabía como sentirme, en cierto modo estaba abochornada pero intenté hablarle como si no hubiera pasado nada. aún que me dolía darme cuenta de que él solo me había salvado por el contrato... si no posiblemente le habría dado igual dejarme tirada, o al menos eso es lo que había entendido , aún que no podía reprocharle nada.... él no me debía nada.


- Hola..... ¿dónde estamos? ... ¿qué ha pasado después de que yo....?

Todo había ocurrido demasiado rápido incluso para mis ojos, que intentaban tener bajo control cualquier rastro de cualquier cosa.Intentaba tener la mente siempre despejada, imposible para mi.Pero se intentaba.

El contrato había sido realizado, un tatuaje con forma de sombrero y llave habían aparecido en el pecho de esa chica.Ese tatuaje sólo podíamos verlo ella y yo, y si ella lo deseaba, podría verlo su hermana.

El contrato consistía en atarla a mi, de por vida.Es decir, yo, al tener el tiempo detenido pues no envejecería más, no podría morir si no era desmembrado y calcinado hasta convertirme en cenizas, pero a cambio, el sufrimiento de ver morir a todos los que quieres.

Ese era el peor temor de las personas que el tiempo no les iba, el hecho de ver morir a los que aman sin poder evitarlo.Pues el contrato es sólo utilizable en dos personas, no en la misma.Y en cuanto mi vida estuviese a punto de irse al garete, ella perdería el contrato conmigo e incluso moriría.

La había llevado a la enfermería del médico más cercano, no había ningún médico.Lógico, todos estaban muertos.Allí despertó.Sonreí, por dentro.No deje fluir ninguna emoción alegre, sin embargo mi enfado incluso se olía.

-Estúpida niña.-grité, señalándola.-¡Te desmayaste en mitad del contrato! El contrato...ha sido realizado con éxito, pero como vuelvas a intentar morirte frente a mis ojos, te mataré yo antes.-dije, acercándome con mala cara.

Al despertar el siguió mirándome con seriedad, estaba cabreado... muy cabreado, aún que todavía no había entendido el por qué. Mi miró y tras llamarme estúpida me dijo que el contrato se había formado correctamente pero que la próxima vez él me mataría con sus propias manos. Ante esto le miré cabreada. Él no me debía nada y no tenía derecho a enfadarse así conmigo. Me incorporé sobre la cama apoyando mi espalda en el respaldo y tapándome el pecho con la manta .


¿A ti que te pasa ahora? .... Tú no me debes nada ¿entiendes? NA-DA y para ponerte así más te valdría haberme dejado morir, porque desde luego esto no te está afectando nada bien. - le miré desafiante- ¿qué pasa contigo? Primer me haces daño a drede antes de curarme y ahora te pones así .... ¿qué pasa? .... ¿acaso es culpa mía que me hayan apuñalado? ... y aún que sí lo fuera nadie te ha obligado a salvarme... te lo agradezco, pero si te ibas a poner así más me valdría haber muerto...


Me había salvado y debía agradecérselo, pero él no tenía ningún derecho a gritarme ni a ponerse histérico conmigo, ya que no era culpa mía lo que había ocurrido... y tampoco suya, pero eso no le daba derecho a ponerse en ese plan conmigo. Le miré un segundo con cierta rigidez pero luego suspiré ¿a quién intentaba engañar? ... en el fondo me sentía fatal por aquello.... odio que la gente tenga que ayudarme.


-Aún así.... gracias.


Aproveché que se había acercado a mi para coger su mano tirando un poco de ella acercándole a mi y le di un beso en la mejilla en señal de agradecimiento. Le sonreí y sin avisar me sonaron las tripas. Ante esto me sonrojé.


-Esto... jajaja.... que oportuno mi estómago.

Apenas le presté atención, escuche lo justo y necesario.Para poner mi seria cara, la señalé.

-¿Eres bipolar?.-pregunté, pues de pronto me regañaba, de pronto me agradecía, tenía unos cambios bruscos de personalidad o eso parecía.-Bueno, he hecho lo que he hecho porque me ha dado la real gana, así te tendré atada a mi por el resto de tu vida JAJAJAAJ.-sonaba malvado, pero era cierto, no podría irse muy lejos mientras estuviese atada por el contrato.-Ahora, te explicaré ciertas co.-fui interrumpido por el grave gruñido de su estómago, normal, tanto tiempo sin comer y para algo que comimos estaba medio envenenado.

Reí ante el rugido y el comentario de la chica, era reír o llorar y prefiero reír.-Pues como no vayamos a la cafetería de al lado, aunque dudo que hay alguien cocinado, por consiguiente me tocará cocinar a mi.-dije, cerrando los ojos mientras me dirigía a la cocina pequeña y casi mohosa de la consulta.

Mientras hablaba noté como Lelouch mantenía un gesto de despreocupación, como si estuviese pasando de mi y por lo tanto me mosqueé aún más. Para cuando terminé de hablar solo me dijo un "¿eres bipolar?". Le miré mal pero él continuó hablando alegando que si hizo el contrato fue porque le dio la gana y me gustase o no tenía que permanecer cerca de él.


Cuando por fin parecía que iba a mencionar algo importante mi estómago rugió. Por un par de segundos me miró fijamente y luego inexplicablemente se echó a reír como un loco. Al verle no lo pude evitar y reí con él, aún que paré rápido ya que a cada carcajada que salía de mi boca me daban latigazos en la herida del pecho, y no es que fueran muy agradables. Me miró y dijo que fuésemos a la cocina que él se encargaría de hacerme algo de comer.


- Muchas gracias ...


Me levanté con cuidado y perseguí a Lulu por el pasillo hasta llegar a la cocina. Le miré, la verdad es que tenía varias preguntas que hacerle.


- Lelouch.... lo del contrato... ¿qué pasa si me alejo de ti? .... - Miré como empezaba a sacar cazuelas y demás utensilios de cocina- ¿te ayudo? .... por cierto ¿que cosas me tenías que explicar?

Estaba aparentando estar tranquilo, claro estaba que no estaba tranquilo, era un tema muy delicado como para ir por ahí hablando de estas cosas tan a la ligera.

-Pues el tema en sí es sencillo.-disimulé.-Lo difícil sería que lo entendieras bien.-aclaré.-Te explico, desde el principio.Todo empezó el día en el que Alicia nació en el otro mundo, ese mundo pasa demasiado lento comparado al nuestro, que es mil veces más rápido aunque ni se nota, claro...aquel que entra, no es para envejecer en unos días.Pero ese no es el tema a tratar, el tema en sí es mi tiempo.El tiempo de aquellos que nacieron para estar alrededor de Alicia, se paró, el mío uno de ellos.-sonreí, tocando mi rostro.Pensando en cuán viejo era en realidad.

-Por aquel entonces, yo ya superaba unos siglos, dicho esto puedes imaginarte mi edad por encima, puesto que muchos siglos más han pasado por aquí.Muchos siglos, recalco.-dije, señalando ahora el reloj parado que había en la pared.-El contrato es sencillo, mucho más sencillo de lo que puedes estar imaginándotelo.Pues en sí, tu tiempo esta ahora atado al mío, cuando mi tiempo este parado, el tuyo también lo estará y cuando el mio le de por volver a moverse, el tuyo lo hará.-dije, sabiendo bien que cuando ese día llegue, será nuestra despedida.Sonreí nuevamente.

Terminé la comida, que tardé en preparar a decir verdad, era una sopa simple pero ya que faltaban ingredientes y también utensilios, por lo cual estaría puede que incluso sosa.-Eso es todo.-dije, señalando al plato.Con una mirada de tristeza a juego de la sonrisa.

Escuché con atención lo que decía mientras cocinaba. Su expresión no era seria, pero tampoco especialmente alegre, era más bien como si estuviera contando un relato fantástico, un cuento. Pero nada de lo que contó era para tomárselo en broma. Por lo que entendí el tiempo estaba parado y cuando volviera a correr la gente tendría su aspecto real, es decir, ahora Lelouch aparentaba ser muy joven gracias a la magia y al parón de tiempo, pero cuando el reloj continuase su curso aparecería muerto, pues , por lo que se sabe él lleva vivo mas de 1000 años y nadie puede vivir tanto. Y el tiempo volverá a correr cuando Alicia muera.


- Entiendo.... yo estoy atada a ti, y por lo tanto cuando llegue tu hora yo también moriré contigo. - le miré, no me importaba demasiado morir .... bueno si, era un temor que tenía pero era inevitable - Ya se que pasa cuando tu mueras pero ¿si es al revés que ocurre? ....¿qué pasa si muero yo?.


Eso ya si que me importaba más. Si moría yo a causa de él no, pero si él moría por mi causa si que me haría sentir muy mal, aún estando yo también muerta... saber que alguien puede morir por tu causa resulta una gran responsabilidad. Pero entonces puso un plato de sopa sobre la mesa. Tenía muy poco color en realidad pero no podía pedir más ya que había que dar gracias por el simple hecho de tener eso para comer. Le di un sorbo y a pesar de estar bastante soso sonreí a Lulu.


- Muchas gracias, está muy rica.


Mientras seguía comiendo le miré hasta que acabé y continué replanteandome la situación.


- Pero aún no me has contestado a mi pregunta... ¿qué pasa si me alejo de ti?


Me levanté y fregué el plato con cuidado, tras esto me sequé las manos con un trapo y le di un beso en la mejilla a Lulu. Sonreí mirándole.... en verdad tenía en la cabeza una pregunta que hacerle desde hace mucho tiempo.

- Por cierto Lelouch ¿cuántos años tienes?

Le miré, parecía entenderlo todo pero no parecía importarle mucho, una de las cosas buenas es que viviría mucho tiempo, de las malas, quien sabe si vera morir a su propia hermana gemela.Sonreí dolorosamente,

-No, para nada.El día en que yo muera no será tu fin.Sólo el mío, es mi destino morir al mismo tiempo que Alicia, al igual que otro sombrerero nacerá cuando yo muera y una Alicia cuando lo vean necesario los astros.-Expliqué.-Al revés, no pasará nada, porque no podrás morir.No morirás, tus heridas vendrán a mí, tus cicatrices no aparecerán, excepto la del pecho.Esa sera tuya de por vida.-dije, señalando dicha cicatriz.

Sabía perfectamente que aunque le cortaran la cabeza, esta volvería a unirse, exceptuando que separaran las partes del cuerpo en distintos sitios, pero seguiría consciente, incluso viva diría yo.

-Si te separaras mucho de mi, las cadenas invisibles e intocables que nos une, se estrecharían haciendo que cada uno se quedase sin aire, nos ahogaríamos, uno lejos del otro, claro está tu te quedaría sin aire antes, yo no...lo bueno del ser el contratista.-Dije.-Te explico mejor, si te separas mucho de mi, te ahogaras, eso no es muerte, es simple que te quedaras sin aire, tu cerebro no se encontrara en condiciones de nada, y si no soy capaz de acercarme a ti lo suficiente, lo mismo me ocurriría.-expliqué, bastante mejor.

Ante su descarada pregunta una risa salió de mi boca, muy larga incluso.Para terminar acercando mis labios a los suyos, lentamente, sin parpadear, con una bonita sonrisa en mi rostro, haciéndome más hermoso y sexy que de costumbre.-¿Quieres saberlo?.-susurré, rozando lentamente sus labios, sin llegar a besarle.-Deberías averiguarlo por ti misma...-murmuré, sonriendo.

Me explicó mejor la situación. Al parecer a mi no me podía pasar nada en realidad, solo que viviría mucho más... puede que demasiado ya que Alicia está en un mundo donde todo pasa mucho más lento. A su vez si yo "moría en realidad no pasaría nada, no podía morir, ni yo ni Lulu. Pensándolo bien puede que aquella situación me beneficiara, o eso pensaba hasta que él contó la segunda parte de la explicación. Por lo visto si nos separábamos sentíamos una especie de asfixia, pero a la vez no podíamos morir, eso me resulto espantoso hasta cierto punto.... sentir la sensación de ahogo y no morirte, no descansar en paz.


- Así que si tu mueres yo no muero y a la vez si a mi me matasen yo no moriría.... y además si nos separamos sentiremos asfixia.... esa última parte no es agradable la verdad pero es un punto muy débil para ambos pues yo no aguanto más de 3 minutos la respiración.


Le miré y tras preguntarle su edad se acercó a mi y acerco su rostro al mío rozando nuestros labios sin llegar a juntarlos mientras sonreía y se volvía más sexy de lo que era si de verdad cabe. Alegó a su ves que si quería saberlo debía averiguarlo por mi misma. Al principio me asusté un poco pero comprendí que por una vez debía dar la cara y no parecer una cría ante esas situaciones. Cualquier información sobre él me sería útil, además debía conseguir mi objetivo. Le miré sonriendo con picardía.


- Está bien, lo haremos a tu forma.... lo averiguaré a mi manera


Entonces junté por completo nuestros labios besándole con dulzura mientras juntaba mis manos alrededor de su cuello poniéndome de puntillas. En verdad esa sensación no me desagradaba en absoluto... puede que no hubiera hecho eso solo por la información... es posible que Lelouch me gustase pero no estaba completamente segura, ¿o si?.

Sentí su beso, claro estaba era incompleto, insatisfactorio no, incompleto.Ante tal hecho sólo le devolví el beso, con una pequeña amiga llamada lengua, sonriendo parra mis adentros.

Algo se acercaba, algo que no era humano, pero no me importaba, no me preocupaba porque no tenia un aura maligna, creo.Bah, no me importaba mucho algunas cosas porque andaba un tanto ocupadillo >.<.

-Pues tu estilo es un poco soso.-dije, alejándome de ella un poco, relamiéndme los labios.-¿Debería enseñarte?.-pregunté, acompañado con un aire pícaro.

Debería haberme dado cuenta de que lo que llegaba no sólo tenía un aura maligna sino que traía un olor a sangre impresionante.-Tenemos compañía.-aclaré, sonriendo.

Beso.... beso cálido. Por un momento el mundo no me importaba, por un momento dejé que todo pasara alrededor sin importarme nada. No sabía exactamente como era el exterior, si hacía frío o calor, si era de día o de noche, estaba demasiado ocupada sintiéndome bien dentro de mi misma. Por una vez estaba relajada de verdad. Abrí un poco los ojos besándole, sabía que él no estaba exactamente como yo, pero sin saber como también pude comprender que no lo estaba pasando mal y eso me lo confirmó al cruzar algo más que nuestros labios.... nuestras bocas al completo. Entonces sin saber cómo o porqué se separó y le miré disimulando mi extrañeza. Me dijo que mi método era soso.... un momento ¿soso?.


- ¿qué yo soy sosa?.... - sonreí, ya que después alegó con cierta picardía si él debía enseñarme y comprendí que iba medio en broma. - Bueno... pues enséñame tú.


Tras esas palabras descubrí que algo no iba bien, no, su expresión carismática desapareció sin previo aviso y su cara se llenó de cierta preocupación, como si algo estuviera a punto de pasar.... como si algo gordo se estuviera acercando. Le miré y antes de poder preguntar nada me miró diciendo que teníamos compañía. Tras esto sonrió, pero no era una sonrisa alegre, si no una sonrisa valiente, como cuando estás a punto de pelear contra algo o alguien a quien tienes muchas ganas de darle una paliza.


- ¿Qué pasa? .....


No hubo tiempo de que pudiera responder. Tras los setos apareció una sombra. A medida que se acercaba vi que la sombra poco a poco iba cogiendo apariencia humana... era un hombre. Un hombre alto moreno de ojos negros y con ropa negra. Resultaba bastante atractivo pero reflejaba algo que no me terminaba de gustar, solo con verle se sabe que había que tener cuidado con él y que lo mejor sería escapar. Desprendía un aura muy poderosa.


- ¿quién eres? - pregunté.


El hombre no respondió, me miró un par de segundos, sonrió con la misma sonrisa de Lulu y luego dirigió su vista hacía él.


- Vaya vaya, Lelouch.... cuanto tiempo ¿no crees?.

Ya se podía contemplar la figura del caballo.El por qué lo llamo caballo, sencillo, no es humano, no es animal, no está vivo, pero hace las veces de caballo como caballero, es...un sombra.Los sombras, existentes en el mundo desde que la luz existe, puesto que la luz es la que lo forma, gracias a ella obtienen forma.

-No te molestes en malgastar saliva con él.Si ha logrado decir eso es por alguna grabadora o cosas por el estilo.-hice un breve descanso, fijando mi mirada en sus ojos...o lo que acaso parecieran.-No podría contestarte aunque quisiera.-advertí, creando, a partir de ilusiones, varios cuchillos en mano.Aunque sabía que no le haría nada, ya que si no tiene mente, no tiene con qué ser perturbado...pero bueno, mis ilusiones, eran más que ilusiones.

Le lancé los cuchillos, a una velocidad abrumadora, pero simplemente le atravesaron para acabar desapareciendo en la lejanía, como suponía era algo totalmente imposible.Mientras esto pasaba, cogí a Nir de la cintura y di un mega salto, hasta el tejado más cercano y así una y otra vez, hasta llegar al lago de nuevo.

La deje caer en la fina hierba, con suavidad, y cerré los ojos , junté mis manos, como si estuviera rezando.Aunque más que un rezo es más una invocación.-Aparece...-susurré, acabando con una palmada.y tras unos segundos de una luz cegadora, se podía observar un gran tigre blanco.Eran dos metros de altura y tres metros de largo.Era un arma asesina especializada en combate cuerpo a cuerpo.

-Él nos ayudará.-dije, señalandolo, con una sonrisa de lo más confiado.Pero no pude observar más allá de mi nariz, para observar cómo aparecían más y más sombras, cada uno con diferentes aspectos, incluyendo personas que conocía, como...ALICE!? una sombra de Alice? -Parece ser que son más listos de lo que pensaba.

Cuando la sombra apareció y le hablé Lelouch me comentó que no podía contestarme. En ese momento fue cuando vi caer algo de su traje negro... una grabadora. Lelouch tenía razón.


- Vaya .... es increíble.


No sabía como pero a medida que miraba a la sombra más claro veía un aspecto de chico en él y sin previo aviso sentí que algo me atraía hacía él. En un momento dado Lelouch me cogió con precisión de la cintura elevándome a un tejado y huyendo de la apresadora mirada del hombre-sombra hasta que tras mucho huir llegamos al lago de nuevo.... al principio otra vez. Me miró y me dejó sobre la hierva.


Le observé y vi como rezaba una invocación, y en varios segundos sin previo aviso apareció un tigre enorme, más grande que Lulu y yo juntos. Él me miró con media sonrisa y expresó que el tigre nos defendería. Le miré. Me sentía un tanto resentida, es decir, cada vez que empezábamos a llevarnos bien aparecía algo y nos cortaba el buen royo y lo peor es que eso me hacía sentir inútil . A pesar de eso sonreí y me puse a bailar como una animadora al lado del tigre .


- ¡¡¡TIGRE ERES EL MEJOR NADIE TE GANARÁ WIIIIIIII!!! VAMOS TIGREEEEE DALE UNA PALIZAAAAA......


Comenzó a acercarse la sombra y yo seguí a lo mío sin darle importancia. Entonces aparecieron ombras de conocidos y al final la vi. Rin.... Me quedé pensativa ¿cuánto tiempo habíamos estado separadas? .... solo después de verla me di cuenta de lo mucho que la echaba de menos.


- Rin - susurré. Entonces vi como se acercaba al acantilado .... sabía que era una sombra, que no era real, pero aún así, no podía evitar sentir como se me revolvía el estómago , me acerqué sin importarme lo demás. Ella estaba al borde y señalaba abajo. El mar se estampaba con mucha brusquedad contra las puntiagudas rocas y la marea era alta por no hablar de la corriente. Corrí hacía ella. - ¿Rin qué haces? ... ¡¡¡ apártate de ahí!!!

La agarré de la mano con cierta fuerza y la abracé. Mi cerebro reaccionó. ¿qué estaba haciendo? ... estaba abrazando a una sombra.... ella no era Rin. La miré directamente a los ojos. No. Esos no eran sus ojos. Eran del mismo color pero no reflejaban lo mismo... su personalidad. Sonrió con malicia y susurró a mi oído.


- Ahora todo irá bien.


Sus ojos se volvieron negros y me empujó por el acantilado.

Caída caída caída.... El tiempo se detuvo .... mantuve los ojos cerrados mi cabeza giraba y tuve un recuerdo... alguien una vez, hace mucho tiempo me dijo que en el mundo solo hay un Dios y su nombre es Muerte. Y lo único que se le dice a la muerte es ....


- Hoy no....


Abrí los ojos y justo antes de caer sobre las rocas me agarré con fuerza a la pared rocosa del acantilado concentré mis fuerzas en mis manos y en mis piernas y comencé a subir. Recuerdo un dolor espantoso. El dolor de tener que cargar con todo mi cuerpo apoyándome en piedras afiladas que rasgaban mis desnudas manos.... de piedras que caía sobre mi rostro produciéndome cortes en las mejillas. Pero lo importante era no morir. Y por fin tras unos 10 minutos que se me hicieron interminables conseguí subir y vi a Lelouch. Le enseñé una sonrisa bastante forzosa y dije.


- Estoy bien....


Me levanté y le miré. Solo le veía a él. ¿Habría pensado que estaba muerta? .... ¿se habría preocupado? .