Directos al Lago.

No podía, no podía permitir ni que le hiciera más daño a ella ni que la locura se marchara, pues si se marchara, todo el mundo estaría en peligro.La locura del mundo de las pesadillas era absorbida por el sombrerero loco, de ahí su nombre, y esa locura aumentaba según los días iban pasando.

Si en algún momento la locura le abandonase o desbordase, el mundo sería una triste realidad temporal sumida en el caos a causa de la locura.Pues para ello estaba yo, para evitarlo.

-No puedo.-un hilo de voz salía desde el fondo de mi alma, pero la locura seguía controlando mi cuerpo.Haciendo que ella sufriera, tanto física como mentalmente.Pues ese mordisco no sólo se lo dio a su cuerpo, su alma también se vio afectada tras ello, pero esas cosas no se notan.

Le propinó otro mordisco , esta vez en el moflete, pero no sangró.No permití que lo hiciera siquiera fuerte.Mi mente aún seguía un poco controlada por mi, cosa que me tranquilizaba, pero mi cuerpo no, y eso sí que preocupaba.

Con lo poco cuerdo que quedaba en mí, usé todo ese poder, el que quedaba, para hacer que las cartas me cortaran y apresaran a mí, haciendo que todas mis heridas y cicatrices, escondidas mediante magia, saliesen a la luz.abriéndose nuevamente aquellas que no estaban bien curadas y proporcionándome un dolor lo suficientemente fuerte como para desmayarme.

Cuando le dije que no se dejase abrumar por la locura me dijo que no podía. Eso me entristeció, pues sabía que no podía abandonar la locura, pero tampoco debía dejar que le controlase.

Entonces me miró y volvió a hacerlo, volvió a morderme esta vez en la mejilla y mucho más flojo, pero sus mordiscos no eran normales, no, era como si no hiciesen daño pero si que molestasen en mi interior, como si me agobiasen, como si me entristeciesen...


Entonces vi que estaba intentando concentrarse en algo ¿pero en qué?. Entonces a los pocos segundos lo supe. Vi como se concentraba en sus cartas, las cuales se levantaron de nuevo propinándole heridas como las que me habían hecho a mi antes, con la diferencia de que en su cuerpo comenzaron a abrirse heridas que antes ahí ni estaban. Ante esa situación comencé a llorar descontroladamente y mientras las cartas le cortaban le dije.


- NOOO NOOO PARA PARA, DÉJALO ...


Pero mis gritos no surtieron efecto y él acabo por desmayarse de dolor. me arrodillé a su lado y seguí llorando, pero debía de hacer algo. Me quité la capa que me tapaba el cuerpo y la mojé con el agua del lago limpiando con ella las heridas de Lelouch el cual aún seguía en bañador. Miré al cielo.


- Por favor almas del lago... ayudarle por favor... ayudarle.


Me sentía tonta, entonces desesperada por no poder hacer más apoyé mi cabeza sobre mis manos siguiendo todavía arrodillada a su lado.


- Lo siento... es culpa mía por haber dicho lo que dije... pero por favor despierta... despierta...

Podía oír su voz, pero no servía para anda.Mi cuerpo yacía en el suelo, no estaba muerto, no iba a morir y menos POR MIS PROPIAS MANOS, pero aún así, mi cuerpo seguía sin obedecerme. ¿Pero qué más podía hacer?

Podía escuchar sus plegarias, me hacía sentir importante aunque impotente, pero empecé a notar mi cuerpo, más bien el dolor que recibía, pero el dolor corporal no era nada comparado a otros dolores que me acaecieron en el pasado.

-Ya me despierto, ya, pero no te eches la culpa que me haces parecer un niño chico, je.-dije, soltando medio risotada sublime.Algo egocéntrica pero que quedaba muy bien en ese mismo momento.-No voy a dejarme vencer por mi propiia locura, ¿no crees?.-pregunté, intentando acomodarme, sentándome.

No podía apenas moverme a causa de las heridas, pero eso me hizo recordar sus heridas.Yo me sanaría sólo pero ella no, ella no poseía ese poder, así que...cerré los ojos y le mandé una parte de ese poder, temporalmente, a la chica.Mi sanación tardaría más que antes, pero ella también se curaría y más rápido al ser la primera vez.

-¿Mejor?.-preocupado por ella, pregunté.

Yo seguía llorando pidiendo que se despertase. Pero no pasaba nada, entonces tras unos minutos interminables me contestó diciendo que no me echase la culpa a mi misma y que no se dejaría vencer por si mismo. Al oir su vos me quité las manos de la cara mostrado unos ojos relucientes debidos a las lágrimas y le medio sonreí.


- Más te vale.... - Le miré y le abracé con cuidado de no hacerle daño.- Lo siento lo siento... no debí de hacer eso... pero aún así tu tampoco debiste hacer lo que hiciste, mírate... estás muy malherido, y yo lo único que he podido hacer es mojar mi capa y limpiarte con ellas las heridas.


Noté que apenas se podía mover y ante esto me mordí el labio inferior, entonces noté que se volvía a concentrar en algo. Tras mirarle pude notar como las heridas de mi cuerpo comenzaban lentamente a dejar de dolerme, a dejar de sangrar. Las miré y vi como muy poco a poco iban cicatrizando. ¿estaba loco? ... él estaba peor que yo ¿por qué me curaba a mi?.


- ¿Qué haces? ... no no no para para... cúrate a ti mismo, yo estoy bien - le miré fijamente- por favor... cúrate a ti mismo, no soy yo la que se ha desmayado por las heridas y el dolor... yo estoy bien de verdad.. no noto nada.


En parte era mentira, los cortes aún me dolían, pero era cierto que no tenía tiempo de notarlo debido a la preocupación que llevaba acumulada.Noté como el viento se hacía más frío, me levanté y le puse su capa por encima . Le miré con una expresión entre seria y entristecida.


- No lo hagas... no te preocupes por mi... debes de preocuparte por ti mismo. Te necesitan para que destrones al príncipe y para hacer el bien en el País...

Una sola mirada de soslayo para poder ver sus heridas nuevamente, y no me arrepentiría de haberle proporcionado,temporalmente, aquellos poderes de curación.

-Yasta...-murmuré, sonriendo.-No has hecho nada malo, ni lo harás nunca así que no te preocupes.-le dije, tranquilizándose, pues estaba bastante..alterada,¿quizás?, para atender a otras cosas como a sí misma.

Menos mal que mi magia era rápida y aún eficiente en otras personas.Me llevé un gran alivio cuando pude observar que sus heridas se estaban sanando por completo.Con lo que tenía ahora mismo mi cuerpo no se sanaba, todo lo contrario.Pero debía ayudarla a ella primero.

La única herida que seguía sin abrirse era la que me había causado Rai, pues más que una herida era una maldición, en el pecho, cogiendo toda la zona del corazón.Se podían observar las garras de Rai, simplemente perfectas, en mi desfigurado pecho.

-No te preocupes TÚ por mí, soy yo el que no puede morir tan rápidamente.Además, no me gusta ver a las damas sangrar.-expliqué, chinchándole un poco, pues recuerdo que no le gustaba ser una dama.-No deberías preocuparte por alguien que debería estar muerto.-razoné, pues debí haber muerto antes de cumplir 100 años, pero...mi tiempo no andaba, ¿debía decirle gracias al hecho de que Alicia naciera? Pues fue gracias a ella que tengo mi tiempo parado.Sonreí, esperando a que su cuerpo se recuperara por completo.

No parecía nada preocupado. Lo contrario, me dijo serenamente que me tranquilizara que no había hecho nada malo y que no tenía por que disculparme, pero yo sabía que si, que las cosas estaban así por haber dicho que estamos todos locos, y encima después de eso metí el dedo más en la llaga.


- Si que lo es... tu dices que no pero sabes que si.


Así no íbamos a llegar a ningún lado desde luego. Entonces vi que a medida que me curaba a mi sus heridas se iba abriendo. menos una herida de su pecho, unas garras, tenía curiosidad por saber la razón pero decidí esperar para preguntárselo más tarde.


Dijo que era yo la que debía preocuparme por mi ... desde luego este chico estaba muy mal, él estaba desfallecido sin poderse mover casi y seguía preocupándose por mi. Me llamo "dama" de nuevo , sabía que era de broma y no pude evitar sonreirle.


- Ya te dije que no soy una dama... quiero ser una guerrera pero contigo no hay manera... las guerreras no necesitan a nadie para que las curen- le sonreí- si no me hubieses curado me sentiría mejor conmigo misma que lo sepas.


Le sonreí con dulzura y le aparté el pelo de la cara. Aún así no podía dejar de mirar su herida... la que seguía intacta.


- ¿qué tiene de especial esa herida que tienes en el pecho? ... es la única que se ha quedado intacta tras usar tus poderes conmigo....

Emperraba estaba ella en que era la culpable de todo esto.Pero no lo era, el único culpable aquí era yo, pues si supiese tener el control suficiente no pasarían estas cosas.Pero no tengo ese poder, no puedo siquiera controlar mi cuerpo...como si no me perteneciese.

-Ya te he dicho que no es culpa tuya, ahora cierra la boca y préstame atención.-repliqué, enfadado.Siempre he de llevar la razón, aunque no fuera cierto, pues me gustaba tenerlo todo controlado.-Ya sé que no quieres ser una dama, pero ante mis ojos lo eres.Una dama en apuros constantes.-inquirí, riendo con ternura.

Miré nuevamente sus heridas, estaban casi sanadas por completo.Cosa que me alegraba, así que sólo debía esperar un poco más.Mi sangre seguía saliendo a borbotones, pero no podía morir, aunque fuese despedazado no podría morir.Mi cuerpo iría juntándose pieza por pieza hasta completarse...yo, no moriría hasta que lo haga Alicia.

-Amarga historia me haces recordar.-musité, poniendo morritos, o intentándolo al menos.Ya que el dolor no me dejaba hacer muchas cosas.-Esta gran cicatriz, fue causada...por Rai Void, ya lo conoceras.Era...como decirlo...mi mejor amigo, sí, eso es, mi mejor amigo.En esa época aún había amigos por el mundo.Él me arrebató algo, algo demasiado importante para mí.Cuando digo algo, me refiero a alguien, la verdad.-expliqué, bueno, comencé a explicar.

-Evangeline, se llamaba, aquello que me arrebató.Pero no sólo a mi, si no al mundo entero, la mató.Delante de mis narices y las de todas las personas, el mismo día que desapareció Alicia también lo hizo ella. en un intento desesperado y frustrado de cólera y venganza, le ataqué, llevándome conmigo su ojo y dejándome esta cicatriz.-seguí, pues la historia era larga la estaba acortando demasiado.-Esta herida no puede abrirse porque no esta hecha en sí sobre mi cuerpo, mi carne, si no sobre mi plano astral, mi alma, mi corazón.Por ello...no se puede abir.-terminé explicando.

Le miré cabreada cuando dijo que a sus ojos yo era una dama constantemente en apuros ¿qué significaba eso?.Que yo sepa no he estado en peligro en ningún momento.


- Pues no ... y no estoy en apuros..


Tras preguntarle por la herida me miró y dijo que era una amrga historia, aún así e la contó. Resulta que su antiguo mejor amigo, un tal Rai, le arrebató algo importante para él... no un objeto, sino una chica, teniendo en cuenta como pronunciaba su nombre daba a entender que era su novia o algo por el estilo. Se llamaba Evangeline , un nombre muy bonito. Rai mató a Evangeline delante de Lelouch y este entró en cólera luchando contra su "mejor amigo". Entonces Rai le hizo la herida en el pecho a Lulu a cambio de perder su ojo en la batalla. Por lo que dijo, esa herida no era solo superficial, sino interior debido a la pérdida de Evangeline.


- Es terrible... lo siento mucho Lelouch. - Le miré entristecida - ¿por qué Rai mató a Evangeline?


Entonces me surgió de pronto otra duda a la cabeza ... él tras nombrar a Rai dijo que ya le conocería.. ¿a que se refería?.


- ¿Por qué has dicho que conoceré a ese tal Rai?


Miré a Lelouch y mientras esperaba a que me contestase le volví a limpiar sus heridas con mi capa apartando así la sangre de ellas.

Se quedó pendiente de mi historia, en todo momento.Sin apenas pestañear por la historia.Pero, no importaba, todo el mundo conocía la historia de Evangeline, pues ella era querida por todo el mundo e incluso Alicia la quería muchísimo.

Podía cumplir mi trabajo cuidando a Alicia mientras me pasaba las horas muertas con Evangeline y Rai, el trío inseparable.Sonreí al recordar aquellos momentos de mi vida tan beneplácitos.

-Los motivos que llevaron a Rai a tal acto, no los conozco, pero no tengo el derecho a preguntarle siquiera.-dije, apenado, aunque mi sonrisa siempre brillaba en mi rostro, era algo que no se perdía aunque llorase.

-No lo sientas, no tiene nada que ver contigo por lo cual no tienes que sentir nada por las cosas que le hayan pasado a los demás.Ese no es tu objetivo.-reclamé, mirándola fijamente a los ojos.-Si alguna vez pierdes tu objetivo, tu único objetivo...desaparecerás.-advertí, pues sería conveniente no dejar que la gente se marchase tan pronto de este mundo sin apenas haber estado un solo año como había pasado veces anteriores.

-Si tu objetivo no es suficientemente atractivo para estar pendiente a él, no deberías pues esta aquí.-me quejé, pues sin objetivos no se puede estar en este mundo.

Su rostro se volvió un tanto apenado y dijo que no tenía derecho a preguntarle a Rai porqué mató a Evangeline. ¿Por qué decía esa? ...


- Pues no estoy contigo, creo que eres la persona que más derecho tiene de saber el porqué Rai la mató.


Entonces me dijo que no lo sintiera, que no era cosa mía, y si no era cosa mía no debía preocuparme. Solo debía seguir mi objetivo... un momento ¿mi objetivo?. Seguí escuchándole y dijo que si uno no va directo a por su objetivo y lo pierde entonces desaparecerá. Me llevé una mano a la garganta pues ¿Cuál era mi objetivo?.


- Pues en ese caso creo que yo desapareceré pronto jaaja - empecé a reír- No se cuál es mi objetivo en este mundo, es decir, yo no sigo algo en especial, yo simplemente estoy aquí, viviendo feliz sin mas, no tengo ningún objetivo en concreto. - escuché que si mi objetivo no era suficientemente atractivo como para estar pendiente de él no debería estar aquí- Pues bueno... ya desapareceré xDD.


Le miré, parecía que ya estaba algo mejor.


- ¿Crees que podrás levantarte? ... yo te ayudo. -le tendí la mano pasándosela por la nuca para ayudarle a incorporarse.

Bueno, en cierto modo tenía razón, pero yo no iba a ser quien obligara a Rai decírmelo, porque creo que si lo hizo...loo hizo por mí, o eso me dijeron y no puedo pasar eso por alto aunque fuese ella.Debía obtener más información pero la coneja ya no tenía más.

-Creo, que en cierto sentido tienes la razón.-susurré, no me gustaba tener las de perder y menos con una dama, y no es por discriminar.Tampoco me gustaba con un hombre ni siquiera con la coneja, era insufrible.

Sonreí, pues no podía hacer otra cosa ante tal situación.Sus heridas estaban completamente curadas por lo que el poder transferido volvió en mí.En mí actuaría mucho mejor y más rápido que en ella así que las heridas más superficiales estaban completamente sanadas y sólo quedaban cicatrices.


-Pues yo te buscaré un objetivo para que no desaparezcas.-musité, esbozando media sonrisa.Cálida y amable.No pensaba dejar que desapareciese así por la buenas y mucho menos ahora que la había traído a mi bando...aunque esta vez no la traje...ella vino sola.

-Estoy mejor, pero mira tus heridas.Ya están sanadas.Jo...creo que me debes más de una, je.-solté, tomándole el pelo un poco, no eera en serio pues si no hubiera sido por ella mi locura ya estaría dando vueltas por todos lados.

Me miró y sonrió cálidamente diciendo que buscaría un objetivo para mi, para que no desapareciera. Ante esto sonreí y pregunté.


- Ah si ¿Y cuál va a ser ese objetivo? ... tiene que ser uno difícil porque la cosa es que me cueste trabajo lograrlo.


Lo dije un tanto en broma, aún que tenía bastante lógica lo que le acababa de decir. Vi que sus heridas comenzaban a cerrarse hasta reducirse en cicatrices. Le miré y sonreí aún más. Entonces él se fijo en mi cuerpo, mejor dicho en mis heridas plenamente visibles debido a que solo llevaba puesta la ropa interior, y dijo que le debía una por haberme curado.


- Yo no te pedí que me curaras... además siempre intento ayudarte pero nunca me dejas - negué con la cabeza sonriendo- Venga, voy a ayudarte a que te levantes


Pasé su brazo alrededor de mi cuello y le puse en pie mientras le miraba.


- Bueno... ¿qué hacemos ahora?

Volteé mi cabeza hasta otro lado.Donde pudiera ver los árboles y no ella, ya que no tenía intención alguna de mirarla mientras pensaba en SU objetivo.Me desconcentraría, y mucho.

Sonreí al pensar una idea algo disparatada pero efectiva , puesto que era casi imposible.-Ya tengo una buena idea.-susurré, mirándole nuevamente mientras pasaba mi lengua por mis labios, un poco cortados por el frío.-Tu objetivo, seré yo, si consigues que mi mente se vuelva loca por ti, y cuando me refiero a loca no es a la locura exactamente.Ese será tu objetivo.-reí, pues me parecía de lo más escandaloso que había pensado últimamente.

Recordé que mi corazón ya no me permitía así que no importaba, era algo que ella no conseguiría y mucho menos en el estado en el que se encontraba en este momento.

Mis heridas estaban completamente sanadas exceptuando algunas más grandes, que se estaban cicatrizando ya.Cuando hubo terminado la cicatrización, sonreí y posando mi mano en el pecho las hice desaparecer todas de mi cuerpo.Pero no desaparecerían, sólo estarían invisibles para los demás, pero cada vez que me refleje en algo las veré.

-Podemos ir...a vestirnos quizás, y que te parece comer algo.Mee muero de hambre~~.-murmuré, poniendo morritos mientras me ayudaba a levantarme, gustoso en ser ayudado me levanté y permanecí en pié casi sin dificultad.

Mientras pensaba el objetivo miró hacia los árboles, apartando la vista de mi, entonces tras un rato pensando me miró y soltó por su boca mi objetivo. Tenía que conseguir gustarle. Le miré quedándome a cuadros ¿cómo iba a conseguir eso? al final empecé a reír.


- Jajaja Lulu, te pedí algo difícil.... no imposible jajaja - le miré fijamente sonriendo.- Pero está bien, acepto el objetivo, aún que no se como ajajaja es imposible que alguien como yo pueda llegar a gustarte.


Cuando por fin nos levantamos me fijé en él por si necesitaba ayuda, pero vi que no era necesario, el se mantuvo de pie solo, me miró y propuso que nos vistiéramos y que comiésemos algo. La verdad es que no tenía mucha hambre en ese momento pero aún así accedí gustosa.


- Me parece buena idea.


Cogí mi ropa y comencé a ponerme los pantalones y la camiseta. Cuando lo hice le miré y me senté en el césped esperando a que él terminase de cambiarse.


- Jajajaja yo ya estoy... por cierto, futuro enamorad -reí- ¿qué vamos a comer ahora?

Reí ante mi propia idea.

-Bueno, no tiene por qué ser imposible, al fin y a cabo, imposible NO HAY NADA EN EL MUNDO DE LAS MARAVILLAS.-dije, semigritando pues era cierto.No había nada imposible en este mundo y nunca lo habría.

Creo que no se dio cuenta de que era una cita, pero tampoco le di importancia o.o era una tontería igualmente.-Pues vamos a comer tortilla de fresambuesa y cacao gelatinoso con una capa de luche dura.-solté, para aclarar sería como un rico pastes de chocolate con nada y mermelada por encima.


Se me hacía la boca agua, cosa que entusiasmaba a mi espíritu a que tuviera hambre, y un rugido espantoso salió de mi barriga =///= pues el uso de tanta magia también agotaba, y mucho.


-Creo que el hambre me puede, jajaja.-dejé salir una leve risotada, de ánimo.-MIRAAAAAA!!.-grité, viendo como un barco de color amarillo fosforita iba surcando el agua del lago hasta llegar a la orilla en la que estábamos.-Pero...SI ES UNA PASTELERÍA!!.-grité, eufórico, viendo todos los pasteles sobre el barco.Eran exquisitos hasta para la vista.

La miré.-No te preocupes por el dinero, yo lo pago, pero hay que comeeeer!.-exclamé, metiéndome un dulce en la boca.-UOOOO DELICIOSOOOO.-seguí gritando a los cuatro vientos.

Dijo que en el País de las maravillas no había nada imposible en el país de las maravillas, reí y asentí con la cabeza, nada es imposible, entonces me vino una canción a la cabeza y la canté un poco con una bonita y dulce voz.


- Haz cosas imposibles de hacer sigue a tu corazón él sabe que querer es poder, siempre tiene razón ....


Me di cuenta de que me había puesto a cantar y me callé mirándole poniéndome muy roja por la vergüenza, solo a mí se me ocurriría ponerme a cantar en público.

- Lo siento.


Realmente no sabía por qué pedía perdón, entonces le escuché decir qué íbamos a comer, y se me hizo la boca agua. Tortilla de fresambuesa con cacao y luche dura... que rico le miré con los ojos brillantes debido a las ganas que tenía de comerme esa delicia. Entonces escuché el sonido de su estómago rugir y no pude evitar reírme.


- Jajajaja te cuidado a ver si tu estómago va a comerte a tí antes de que yo consiga mi objetivo.


Entonces a lo lejos vi llegar un barco enorme, color amarillo muy brillante y se estaba acercando, sobre él se veía una desbordante cantidad de pasteles, bollos y repostería, se me empezó a hacer la boca agua y cuando llegó a la orilla Lelouch no se lo pensó dos veces y corrió hacía él diciéndome que no me preocupase por el dinero que lo pagaba el. Me encogí de hombros y corrí hacía el barco tras él.


- Te echo una carrera.


Le adelanté y llegué en primer lugar, le miré y reí.


- Jajajajajajaj gané.


Cogí una magdalena de chocolate y le di dos bocados , al principio no lo noté pero en el segundo mordisco me paré en seco... sabía bien pero aún así tenía algo raro. Miré a Lelouch y le quité de la mano lo que estaba a punto de comerse tirándolo al suelo.


- No... no comas... esto lleva algo...


Al principio no noté nada, pero después empecé a notar calor, mucho calor, la garganta me ardía y me llevé una mano hacía ella, respiré con mayor profundidad ... desde luego aquello no era normal.


- No ... no me encuentro... bien


Le miré, me costaba hablar debido al ardor de la garganta.

Escuche su canción, era dulce y motivaba mucho.Pero, ¿por qué se disculpaba? La miré, desconcertado, ya me había dado cuenta antes pero hacía cosas muy extrañas de pronto, sin olvidar que de pronto se disculpa por algo ilógico.

-¿Por qué te disculpas?.-pregunté, algo extrañado.Cuando escuché aquel comentario, me entró la vena casanova que tenía por ahí escondida, escondida...no, escondida no.Posando mi dedo índice en mi labio inferior...-Entonces no podrás comerme.-solté, sin ton ni son, dejando que se imaginara lo que quisiera.

Podía llegar a ser muy infantil cuando quisiera pero no por ello iba a dejarle perder.Por ello apenas corrí, con gracia pues pude observar como se contoneaba delante mía corriendo como si nada.-Ganaste.-admití, con una sonrisa.

Tiró mi pastel, añadiendo que llevaban algo.Pero no noté nada, quizás a mi no me haría efecto lo que eso llevase.Pero igualmente no cogí más, para poder observar cómo estaba la chica.Algo preocupado.Coloqué mi mano sobre su garganta, cerré los ojos y dejé salir en modo de susurro unas palabras, palabras que nadie oyó.

-Vaya, parece que este viejo nos ha intentado envenenar.-susurré, con media sonrisa, mientras me giraba para ver al viejo que yacía sentado en el bote.Con una sonrisa mugrienta.Lo señale, con un solo dedo y haciendo como si disparara se escuchó un sonido, y un gran agujero se abrió en el lugar donde había señalado.-No eras humano, lo pasé por alto por los pasteles.Pero a mí no me envenenas tan fácilmente.-aclaré, viendo como su cuerpo se desmoronaba como si fuera una marioneta controlada, haciéndose pedazos lentamente.

-No te preocupes Nir, no es para tanto.-dije, intentando tranquilizarla.Y sí era para tanto, por eso no pude quedarme quieto.Me arranqué la camisa y la mojé, dejándola finalmente apoyada en su cabeza, en su frente más bien.-Quédate tranquila, Lulu-doctor-chan~~ te sanará en cuanto encuentre unas flores bonitas, vale?.-mi tono infantil claramente era para intentar tranquilizarla, no me quedaba otra.Debía buscar dos flores: la flor del ocaso y una margarita.

Exploré todo el lugar, buscando todas las flores, eran difíciles de ver.Pero tuve una ayuda, un alma, un alma se atrevió a salir del lago para acabar guiándome hasta una pequeña hondonada donde se podía ver perfectamente , las cogí, sin duda alguna eran las flores que buscaba.

Corrí hasta llegar a la chica, con ánimo.Estaba pálida, no me gustaba esa idea de verla así y ella no estaba como masticar así que no me quedó otra, metí las flores en mi boca, junto a un poco de agua del lago.Las mastiqué hasta que quedo como papilla, más líquido incluso y , sin poder evitarlo, se lo di mediante un profundo "beso".Podía ser desagradable, pero tenía que salvarla.

Cuando llegamos y descubrí que los pasteles estaban envenenados comencé a sentirme muy mal y se lo dije a Lelouch, ante esto él me miró, notó como mi rostro cambiaba y posó su mano sobre mi garganta susurrando algo que no entendí, me miró un segundo y se giró hacía el barco para ver quién había sido el causante de haber envenenado los pasteles. Miró al hombre del barco, un hombre viejo y mugriento que sonreía malvadamente, al verle Lulu estiró su mano señalándole y hizo como si le disparara con el dedo, tras esto se formó una especie de explosión y el viejo se fue desintegrando poco a poco.


Cuando el viejo se desintegró yo noté como iba perdiendo fuerzas, me apoyé en un árbol e irremediablemente me dejé caer deslizando mi espalda por él sentándome. Lelouch se agachó a mi lado y me dijo que no me preocupase, que no era para tanto y añadió con un tono infantil que el doctor lulu me traería unas flores muy bonitas. Intenté sonreír ante aquello pero mis labios no reaccionaba, entonces vi que se alejaba , ante eso me entró el pánico e intenté decir.


- No te vallas... espera


Lo intenté, pero mis palabras salían entrecortadas, inentendibles y con un volumen muy flojo. La garganta, el estómago, todo me ardía y notaba que cada vez tenía más fiebre. Seguí apoyada en el árbol y noté que cada vez me costaba más respirar. Entonces tras un rato Lelouch volvió, para entonces yo ya estaba muy pálida y quieta. Me miró con cierta lástima. Pude observar que llevaba dos flores en la mano, supuse que querría que me las comiera, pero yo apenas era capaz de abrir la boca. Entonces él pareció darse cuneta porque se las comió a la vez que bebía un poco de agua del lago y masticó un rato, entonces se arrodilló a mi lado y juntó sus labios con los míos para así pasarme el jugo que él llevaba en la boca mientras inclinaba mi cabeza hacía atrás para que pasara bien. La mezcla en si no sabía si estaba buena o mala ya que en ese momento me ardía demasiado la garganta como para notarlo.


Tras unos minutos después de haber bebido eso le miré, noté que ya podía hablar pero aún así seguía teniendo muchísimo calor ¿qué narices llevaba esa magdalena?.


- Lulu... ¿que... lle..vaba eso? -le miré fijamente- ¿voy a.. morir?

No sabía exactamente qué es lo que tenía que hacer en muchas cosas, pero los venenos eran la especialidad de Eva, por ente, aprendí a prepararlos, a contrarrestarlos e incluso me hice inmune a muchos de ellos, a la gran mayoría la verdad.Exceptuando aquellos que son totalmente mortales y no existe cura, podía librarme de cualquier veneno.

Escuché el lamento de la chica, evitando que me fuese.Pero no le haría caso, estaba buscando una cura para ella así que, me iría.Tras la larga caminata y el hecho de haberle dado aquella medicina, me preguntó si moriría...yo, sabiendo que ya no moriría tuve la amarga genialidad de decirle que sí.

-Sí, morirás.-tajante, le dejé claro que moriría, aunque era una broma y yo lo sabía.Sonreí seguido de una risa.-¿Cómo voy a dejar que te mueras? ¿Es que te olvidas de tu objetivo? Tienes que conquistarme, y siendo una dama en apuros no lo consigues.-admití, sacando la lengua mientras guiñaba un ojo.

No iba a dejar morir a nadie que me pudiese servir y si encima me cae bien, mejor.Pero entonces me di cuenta de lo que pasaba.Sonreí sin poder evitarlo.Me acerqué a ella, sensual.Y aproveche para tirar de uno de sus cordones de su camisa, pasando mi lengua por mis labios.-Parece que aparte de veneno, llevaba un afrodisíaco.-expliqué, lo notaba en el ambiente.Ella desprendía ese calor que sólo se desprende cuando se usan ese tipo de juegos.Experiencia propia.

Deslicé la mano hasta su muslo, para acariciarlo e ir subiendo.Sin llegar a ningún lado.Sonreí, pues esperaba algún puñetazo o patada, y seguí con mi mirada y sonrisa pervertidas, oliendo el suave y sencillo olor a afrodisíaco que desprendía.

Cuando le pregunté si iba a morir me dijo que si, en un principio me dio un vuelco en el pecho entonces él rió negándolo y diciendo que no me iba a dejar morir. Entonces me recordó el objetivo y me dijo que siendo una dama en apuros no lo iba a conseguir, le miré mal y te tiré una piedra pequeña al pecho.


- Que no soy una dama... y tú eres un idiota.


La verdad es que ya no me dolía nada, simplemente tenía mucho calor, pero era un calor extraño, mi cuerpo se dejaba llevar por él. Entonces Lelouch me dijo a que se debía... un afrodisíaco, una droga que hace que te pongas caliente. Aprovechó esto y se acercó a mi de forma sensual deshaciendo el lazo de mi camisa con lentitud , tras esto le miré y se chupó sus labios. Mi cuerpo no pudo evitarlo, quería lanzarse a él, pero aguanté la tentación. Luego se agachó a mi lado y posó su mano sobre mi muslo acariciándolo, tras este contacto mi cuerpo no se pudo controlar y se lanzó hacía él pasando mis brazos alrededor de su cuello y besándole con pasión.


Mientras le besaba por parte de mi cerebro quería separarme pero en cambio mi cuerpo pedía más y siguió besándole, mantuve una lucha conmigo misma pero sin separar mis labios de los suyos, incluso llegué a tirarle hacía atrás con el beso quedándome tumbada sobre él. Al final tras un resto largo conseguí vencer a la tentación y me separé mirándole.


- Lo ... lo siento.


Creo que nunca en mi vida he llegado a estar tan avergonzada y sonrojada como en ese momento. Respiré profundamente y controlé a mi cuerpo el cual aún seguía tumbado sobre el suyo. A pesar de haberme separado quería volver a besarle pero cerré mis manos con fuerza tratando de no volver a hacerlo. ¿qué habría pensado Lulu de mi? .

Sentí la pequeña piedra en mi pecho.Reí ante ese hecho, aunque fuese un poco estúpido ese hecho.Yo era el tonto aquí, ¿eh?.Pero de pronto se puso de modo agresiva, vaya, no le pegaba, además...siempre me gustaba tener el control de todo.

-Vaya, estás mas agresiva de lo normal, ¿eh?.-pregunté, sonriendo.Me dejé llevar un poco por todo esto y me puse más sensual.Ya que estaba semidesnudo desde que me arranqué la camiseta, y tenía a la chica encima, sólo pude sonreír ante tal situación.-No pensaba que fueras así.-musité, acariciándole el rostro a la chica.

La dejé un rato encima, parecía avergonzada por lo que estaba haciendo, no me preocupó verla así pero igualmente intenté quitarla de encima.Sí, es verdad que había obligado a más de una persona el hacerlo pero hoy no sería el caso, además las otras veces fueron por diversión, con ella no sería lo mismo.

-Nir, si no quieres acabar desvirgada mejor que te quites de encima.Además, no lo haría con alguien que SÓLO piensa en hacerlo por culpa de una droga.-razoné, quitándomela de encima completamente.Deslicé mi mano hasta el sombrero que se hallaba a un metro de mí más o menos.Cogiendo de allí una camisa nuevecita, de un color blanco puro.

-Aún no me he saciado el hambre con los bollos envenenados.-sugerí, pidiéndole de nuevo que vayamos a comer como indirecta, así, se tranquilizaría un poco.Supongo.

Mientras le besaba noté como se dejaba, ya que en ningún momento había decidido dejar de besarme, pero tras apartarme de él avergonzada y aguantando el no volver a besarme me dijo que si no quería acabar desvirgada mejor me quitase de encima, con esa frase sentí un poco de miedo pero él mismo se dio cuenta de mi situación y fue él quien me quitó de encima.


Tras esto cogió su sombrero y sacó una camiseta blanca nueva y se la puso. Con ella se le marcaba todo así que yo seguís super caliente. Para relajarme me dijo que seguía teniendo hambre y que el bollo no le había saciado el hambre.


- Bueno... siempre puedes comerme a mi - le guiñé un ojo mientras le acaricié la cara con una de mis manos.


¿Pero qué cojones estaba haciendo, al darme cuenta de lo que había dicho y echo escondí mi cabeza sobre mis manos ... maldita droga de los huevos... me estaba volviendo loca por hacer algo que realmente no quiero. Le miré y intenté mantener la compostura.


- Olvida lo último que acabo de decir... vamos a por esa comida


Me levanté y le miré.


- Bueno ¿qué quieres comer?

No podía dejarme embaucar por el sexo, pues si algún día me desesperara por el sexo, siempre tendría a la coneja o cualquier tía que viese por la calle para satisfacerme.Me había puesto una camisa, bien bonita la verdad.Dejando que se marcase mis pectorales y demás.

-Comerte.-susurré, sonreí, no me molestaba mucho esa idea, pero...¿a ella?.Le miré de soslayo.-Si tantas ganas tienes, ¿me tendré que dejar llevar?.-pregunté, pícaramente.Sosteniendo una sonrisa pervertida, mientras dirigía mi mano a su barbilla, para mirarle directamente a los ojos mientras le guiñaba uno mio.

No quería olvidar todo lo que me había dicho, tomaría sus palabras en serio pero no hoy.-No lo olvidaré.-musité, en un último intento de hablar antes de levantarme.Lo hice, me levanté.Le miré de soslayo y no supe qué decirle para comer.Me apetecía una hamburguesa, es lo único que quería, una hamburguesa con patatas y mucho jugo sangriento (ketchup)

-¿Vamos a comer carne hamburguesada?.-pregunté, ignorando siquiera que ésta palabra existiese.-Creo que había un restaurante familiar en la esquina con günsberg street.-solté, era una calle de la ciudad, la única famosa y no por nada buena, si no por los crímenes que allí acaecieron cierto día.Sí, era mi historia, pero nadie sabía que era yo, ya me encargué en que todos me olvidaran.

Cuando me dijo que a ver si se tenía que dejar llevar para que le comiera no supe como reaccionar, obviamente él no me iba a hacer nada malo.


- No no déjalo. - Cuando oí que dijo que no lo iba a olvidar negué con la cabeza sonrojada- No... te he dicho que lo olvides y punto.


Entonces me comentó que tenía ganas de comer una hamburguesa, sonreí ya que a mi también me apetecía mucho comer una, dijo que había una en la esquina de la calle gunsberg. Le cogí de la mano y caminé hacía allá, como estaba un poco lejos y aún estaba medio tocada por la droga decidí entablar una conversación con él.


- Bueno... siempre he querido preguntarte algo ... se te conocer por ser un gigoló de primer ¿por qué lo haces? ... es decir ¿qué te aporta tener sexo con 30000 chicas? , no digo que no puedas sentir placer pero ¿realmente te gusta?


Puede que no debiera haberle hecho esas pregunta, así que miré al suelo mordiéndome el labio inferior.


- No respondas si no quieres.


A medida que andábamos por sin llegamos a la hamburguesería, le sonreí mirándole.


- Ya hemos llegado.

No lo olvidaría, no soy de aquellos que olvidan las cosas tan fácilmente y mucho menos tratándose de cosas que me habían en cierto modo emocionado.Estaba intranquilo al escuchar su pregunta, para mí la respuesta era lógica pero no para los demás pues era algo más como mi medicina para olvidar.

Simplemente, era algo que me hacía sentir más vacío aún, pero era mi misión.Debía quitar la locura y la oscuridad de las personas para que sea buenos, y una de las pocas formas seguras de hacer que la oscuridad desaparezca y la locura emerja para llegar a mí, era con el sexo.Incluso para el pago de información se usaba el sexo.

-Sencillamente, todo lo que necesito.Sí, me hace sentir vacío por dentro, hace que me sienta una persona incapaz de amar, y en todo caso, es verdad y hace que piense en como hacerlo todo el día.-expliqué, dando algunas razones, pero no le iba a decir la verdad.Que me acostaba con la gente por mi objetivo, era demasiado...despreciable, supongo.

Miré la calle con recelo, nadie parecía mirarme con odio, cosa que tampoco me gustaba pues debía cargar con mis actos.Y si hacía olvidar a la gente, no los cargo, los escondo y rehuyo de ellos.Los niños jugaban tranquilos, las señoras mayores charlaban sin prestarme atención

-Tranquilidad, ¿eh?.-pregunté en voz muy baja, casi inaudible mirando a todos lados, hasta que llegamos a la hamburguesería, cuyos dueños se salvaron por no salir a la calle cuando me vieron, pero su hijo...su hijo...Entré, con media sonrisa apenada y sin más dilación me dirigí a una mesa.